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Reportaje:

El misterio Wong

Una diseñadora india de proyección internacional se descubre en un teatro

Las cosas bien hechas se consiguen con tiempo. Esta ley no escrita tan difícil de cumplir hoy en día se ha convertido en la insignia de Suzie Wong, la firma de ropa regentada por Kavita Parmar. Anoche, la diseñadora y empresaria india de 34 años plasmó toda su filosofía en el primer desfile de la marca, en un escenario tan insólito como es el teatro Lara. Con el mimo de una puesta en escena mágica y pausada y un telón audiovisual con imágenes en blanco y negro acompañando la nostalgia de sus propuestas: vestidos de noche en sedas y bordados a mano, con detalles de cuentas, lentejuelas y cintas de pasamanería. Verde turquesa, negro, gris, rojo y tonos tostados en una silueta no particularmente innovadora, con talle bajo, suelta y lánguida, pero sí muy personal, que suma a la decadencia de los años veinte sensuales elementos étnicos. Abrió el desfile su amiga Almudena Fernández, que le ayudó a conseguir el escenario a través de triBall, que pretende rescatar la zona de Ballesta. "Buscaba algo diferente y sabía que están con esta iniciativa de renovar este barrio de Madrid con propuestas de moda".

Aunque sea esta su presentación oficial, Suzie Wong lleva cinco años en marcha. "Sólo cuando hemos sentido que nuestra propuesta estaba lo suficientemente madura hemos organizado un desfile". Esta colección de invierno 2008/2009 se titula Take your time: "El tiempo es el nuevo lujo", continúa Kavita, "no lo que te puedas pagar". Cada uno de sus vestidos viene acompañado de un concepto lanzado desde la pantalla que preside el escenario: "Mirar la lluvia caer", "escuchar los latidos de una persona a quien quieres", "escribir una carta" o "coger un tren".

Suzie Wong renueva el vestido de cóctel apelando a una nostalgia "de cosas que igual no hemos vivido. El bombardeo de imágenes que recibimos obliga a volver la vista a cosas que desprendan más tranquilidad", asevera Parmar. En su caso, a la metalurgia, al moldeo de metal a mano: "En el Metropolitan de Nueva York descubrí trabajos en oro de casi mil años de antigüedad, pero me inspiran cosas más modernas, como las figuras de bronce de Igor Mitoraj en Madrid. Lo ves y te hace llorar". La diseñadora posee su taller en la India, donde trabaja con artesanos. Aun así, la marca ya distribuye en 45 puntos en toda España y en 30 tiendas extranjeras y factura 650.000 euros anuales.

Cifras notables que poco tienen que ver con el temperamento empresarial de Parmar. Su padre militar llevó a su familia a Inglaterra, Canadá o EE UU, hasta que la muerte de su abuelo los devolvió a la India, donde vivió el choque con una cultura que no permitía a la mujer desarrollarse. "Me marché de casa con 16 años, y pasé de llevar una vida acomodada a buscarme cualquier trabajo". La moda llegó de manos de Catherine Barme, una anciana francesa que acogía a jóvenes diseñadores en sus talleres de la India. Necesitaba a una traductora y le ofreció el puesto a Kavita, que a los 19 años vivió su flechazo con la moda y estudió patronaje. Se enamoró de un rockero inglés que vivía en Goa y desde allí ejerció como freelance para firmas de moda, saltando de Hong Kong a Nueva York. Hasta que, con un ingeniero naval español que ahora coregenta las marcas Raasta y Suzie Wong, aterrizó en Madrid y se presentó en Ekseption con una maleta llena de vaqueros vintage bordados. Allí los vendieron con éxito. Eso fue hace casi siete años.

Desfile de moda de la diseñadora india Susie Wong ayer en el teatro Lara de Madrid.
Desfile de moda de la diseñadora india Susie Wong ayer en el teatro Lara de Madrid.L. SEVILLANO

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