El PSC barre y CiU resiste
Los socialistas catalanes capitalizan el voto anti-PP y logran 25 de los 47 diputados en liza - CiU aguanta la bipolarización y mantiene los diez diputados - Esquerra se descalabra, Iniciativa pierde un escaño y los populares suben dos
Los socialistas catalanes consiguieron ayer una contundente victoria y volvieron a ser decisivos para la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en el conjunto de España. El PSC alcanzó su histórico resultado de 1982 y se llevó 25 diputados, tres más de los que sumaron todos sus rivales juntos. El excelente resultado de los socialistas -es el único partido que suma votos- se explica por haber agrupado el voto anti-PP. Ello se tradujo en un verdadero descalabro de Esquerra Republicana, que se quedó con tres diputados, frente a los ocho logrados en 2004. Convergència i Unió se queda con diez a la espera del recuento de los votos procedentes del extranjero. Tiene posibilidades de sumar uno más. El PP, también pendiente de este voto, pude sumar dos diputados más.
La euforia invadió la sede de los socialistas catalanes en la calle de Nicaragua de Barcelona desde primeras horas de la noche. Todas las encuestas les situaban ya a las ocho como ganadores indiscutibles. La alegría del PSC fue aún más completa al constatar que han ampliado la ventaja de 15 escaños que ya tenían sobre el PP. Ahora esta ventaja llega a 17. En Andalucía, la otra gran comunidad con una situación parecida, el PSOE redujo su ventaja sobre el PP a 11 escaños. "Cataluña es decisiva y tiene que ser decisiva", resumió Carme Chacón en su temprana intervención ante las cámaras poco antes de las diez de la noche. El próximo reto de los socialistas catalanes será ver cómo gestionan esta amplia victoria y qué peso consiguen tener en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Los dos ministerios que tienen en la actualidad pueden quedársele pequeños a un PSC que ha tenido su mejor resultado de la historia.
La antítesis de la euforia de la calle de Nicaragua se vivió en el hotel de la calle de Pelai donde Esquerra Republicana siguió la noche electoral. Fueron horas de caras muy largas. Josep Lluís Carod Rovira admitió que su electorado se quedó en casa ayer. No sabe por qué. "Debemos hacer autocrítica", dijo en su comparecencia. ERC no sólo fracasó en su intento de mantener el grupo parlamentario en Madrid, sino que los malos resultados de Joan Ridao hacen prever una seria autocrítica, que en el caso de ERC puede ser especialmente sangrienta dado el carácter asambleario de la formación. La dirección del partido deberá trabajar a fondo para que la autocrítica no derive en un proceso de defenestración de sus responsables y en un marco de inestabilidad para el Gobierno catalán, en el que ERC gobierna con los socialistas e Iniciativa. Carod ya lanzó anoche un aviso de lo que se avecina: ERC renuncia a ir a reclamar a Madrid. Lo dejará todo en manos del PSC. "Los socialistas serán los únicos responsables de conseguir para Cataluña un sistema de financiación justo", avanzó.
Más alegría, que no euforia, se respiraba en Convergència i Unió. Después vino el nerviosismo. A primeras horas de la madrugada, con el 99,85% de los votos escrutados, todavía no estaba claro si CiU tendría 10 diputados o 11.
Josep Antoni Duran Lleida no sabrá hasta que se abra la última saca de voto por correo si ha logrado aumentar o no su representación en el Congreso, pero puede ser más decisivo de lo que le auguraban las encuestas. CiU ha resistido a la polarización de la campaña mucho mejor que sus rivales de ERC. Los 10 ó 11 diputados conseguidos por la federación nacionalista refuerzan su carácter de tercera fuerza parlamentaria en un Congreso más polarizado.
A partir de hoy, los socios de la federación deberán dirimir cómo jugar sus cartas para intentar influir sobre el Gobierno. Duran sólo avanzó que no pactará con el perdedor, el Partido Popular. La promesa es gratuita, pues nada cambiaría que los diputados de CiU apoyaran a los del PP.El pinchazo del partido de Mariano Rajoy se explica también por sus malos resultados en Cataluña. El PP catalán suma uno o máximo dos escaños a los seis que logró en 2004, pero queda muy lejos de su resultado de 2000, cuando se llevó 12 diputados y fue decisivo para apuntalar la mayoría absoluta de José María Aznar.
Su candidata, Dolors Nadal, no ha logrado que los catalanes le compraran su discurso catastrofista en lo económico y discriminatorio en lo social, especialmente en todo lo que se refiere a inmigración. El PP ha pagado cara su guerra contra el Estatuto, que en ocasiones derivó en una suerte de campaña anticatalana.
La noche tuvo un pésimo final para Iniciativa per Catalunya. Los ecosocialistas perdieron en el último momento uno de sus dos diputados, consecuencia también de la habilidad del PSC para reunir todo el voto anti-PP. ICV-EUiA consiguió el 4,9% de los votos, un punto menos que hace cuatro años. Iniciativa se queda sin grupo parlamentario por su retroceso, que se suma al descalabro sufrido por Izquierda Unida en el conjunto de España. Ya no habrá grupo de Izquierda Unida-Iniciativa. Sólo habrá dos diputados de esta federación de partidos. Eso sí, ambos en la fría bancada del Grupo Mixto.
El tripartito que gobierna en la Generalitat ha mantenido la mayoría clara al quedarse con 29 de los 47 diputados en liza en Cataluña. Eso sí, la gran victoria del PSC rompe cualquier equilibrio de fuerzas que pudiera haber hasta ahora. Habrá que ver cómo se lo toman los que retroceden. ERC ha perdido más de la mitad de los apoyos recibidos en 2004, e Iniciativa, casi una cuarta parte de sus votantes.
Los socialistas catalanes se esforzaron en sus intervenciones para no decir nada que haga cundir en ERC e ICV la idea de que el tripartito catalán está suponiendo un mal negocio para sus socios minoritarios. En el PSC ya temen una respuesta airada de las bases republicanas, propensas a convertir resfriados en auténticas pulmonías. El secretario general de ERC lanzó antes de la medianoche una llamada a la calma desde TV-3: "El Gobierno catalán depende del Parlament, no de las Cortes".
En cambio, CiU y el PP se lanzaron a hurgar en lo mal que les sienta a ERC y a Iniciativa el ir del brazo de los socialistas. Es más, el presidente regional del PP, Daniel Sirera, quiso interpretar en las cifras de ayer que los electores han dicho basta al tripartito. "Los votantes han enterrado el Pacto del Tinell", afirmó. La dirección de ERC se reunirá hoy para analizar sus malos resultados. El PSC aguanta la respiración.
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