Jarabe de urna
Para saber qué pasa es mejor la medicina, y ayer fui a un psiquiatra, Vicente Mira. ¿Está este país enfermo o convaleciente? Está amenazado de enfermedad, "pero siempre está amenazado". Y es una enfermedad que sólo se cura "con la historia, con la cultura, con la democracia". ¿De dónde viene esta amenaza? Uf, dice Mira, "lleva siglos, y proviene de una desgracia: este es un país de creencias, no es un país de saberes". Las creencias son radicales y exclusivas, "aquel que no piensa como yo es un enemigo, y ese muro no se ha roto". Hay épocas en que parece que la pus desiste, pero de pronto sobresale y es viscosa y triste. La religión conduce ese mal de las creencias, "dos mil años de religión han trascendido a la vida, y ahí están los creyentes del Real Madrid o del Barça, los creyentes de un partido o de otro... Los creyentes. Las creencias se radicalizan muy rápido". Mira le echó un vistazo a los mails de estos días; "los que enviaba gente cultivada podrían parecer irónicos, pero los más primarios eran directamente insultos severos, como los que se oyen en las manifestaciones". Para los creyentes de los que habla Mira las pruebas son inútiles, no les sirven para razonar, les estorban. "Fíjate", me dijo, "en el 11-M: hubo pruebas, y juicio, y sentencia, y siempre escuchabas lo mismo: `Pero, eh, vaya usted a saber?. Al creyente le sobran las pruebas, les fatiga buscar la verdad". ¿Resultado de esa catástrofe? "Que sólo puedo discutir con mis amigos". Y si discute con otros, pronto surge el insulto. "Resurge intacta esa bestia que llevamos dentro", se remueve emocionalmente España, "cuando se produce un acontecimiento extraordinario, unas elecciones, un atentado...", y vuelve el espectáculo bronco que ahora asoma. ¿En Euskadi? "Los más afectados por esta amenaza latente de enfermedad. Tienen a los etarras, a ANV...; están poniendo remedios pasajeros, lenitivos, pero mira lo que ha pasado para poner la capilla ardiente: tuvieron que retirar las banderolas que reclamaban libertad para los presos etarras..." Antes de que sucediera el atentado del viernes, hablando de las crispaciones que se han sucedido en la legislatura y en la campaña, Iñaki Gabilondo dijo en Cuatro que lo que este país precisa es jarabe de urna. "Y dos cucharadas mejor que una". Historia, cultura, democracia, todo junto forma parte del jarabe de urna que pide Gabilondo y que receta también el psiquiatra. César Vallejo lo dejó escrito: "Hay golpes en la vida, tan fuertes". Ahora un golpe, antes tantos. Jarabe de urna para una enfermedad tan seria.
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