La policía sospecha que el asesino es un etarra 'liberado'
Los testigos no identifican al pistolero con activistas del 'comando Vizcaya'
No hacía falta esperar a la reivindicación del atentado que cortó de cuajo la vida del ex edil socialista de Mondragón Isaías Carrasco. La tarjeta de presentación de la organización terrorista ETA, los cinco casquillos del calibre 9 milímetros parabellum encontrados junto al coche del asesinado, era la esperada. La víctima fue alcanzada por tres balas disparadas por una pistola de la que, por el momento, no consta que haya sido usada por los etarras con anterioridad.
Balza recalca que "nadie que lo necesite" se quedará sin escolta
El liberado (a sueldo) de ETA que descerrajó fríamente y con precisión los cinco tiros utilizó información reciente de los colaboradores de la organización terrorista para perpetrar el atentado. Isaías Carrasco, al no salir elegido en las últimas elecciones municipales, renunció a su escolta. Los consistorios vascos se conformaron el pasado 16 de junio y, tras el verano, Carrasco declinó mantener la protección personal que le ofreció el PSE.
Fuentes socialistas guipuzcoanas confirmaron ayer que el ex edil socialista no tenía escolta desde el pasado septiembre. Tiempo más que suficiente para que en un pueblo como Mondragón, feudo de Batasuna, algún colaborador obtenga esa información para transmitirla a la dirección de ETA. Sobre todo cuando Carrasco, persuadido de que no estaba entre los grupos de riesgo, mantenía las rutinas típicas de un trabajador con horario tasado. El consejero vasco de Interior, Javier Balza, se comprometió ayer a que "nadie que necesite o desee protección, habiendo ocupado un cargo de estas características, va a estar privado de escolta (...) No hay ninguna restricción para que nadie que lo necesite o haya estado en una situación de representación política pueda mantener" el escolta.
El triángulo en el que las Fuerzas de Seguridad trabajan en los últimos meses para intentar dar con el comando que ha realizado los últimos atentados se encuentra entre la localidad guipuzcoana de Mondragón y las vizcaínas de Durango y Ermua. El corazón del País Vasco.
El hecho de que el coche utilizado por los terroristas en su huida no haya sido localizado aún, refuerza la hipótesis que ya manejaban los servicios antiterroristas de que ETA mantiene en esa zona alguna lonja y, posiblemente, un piso de seguridad próximo a Mondragón, donde los terroristas se han refugiado. "La próxima vez que oigamos hablar de ese vehículo será porque lo han empleado en colocar un coche bomba", pronostican fuentes antiterroristas.
No está tan claro si el liberado que realizó los disparos es uno de los que ya estaban en Euskadi o si ha entrado recientemente en España. Los servicios antiterroristas de la policía se inclinan por pensar que el asesino se desplazó desde Francia y no contó con el apoyo de la infraestructura de Guipúzcoa, para evitar así la posibilidad de que ésta se halle vigilada por los cuerpos de seguridad. "ETA está muy preocupada por la seguridad y es muy probable que en esta ocasión haya decidido no contar con el apoyo de la red existente en Guipúzcoa", comenta un experto del Cuerpo Nacional de Policía. Pero no hay ningún dato concreto que avale esa afirmación, según otras fuentes. El único dato concreto de la investigación de la Ertzaintza es que los dos testigos que vieron al terrorista no han identificado al pistolero como alguno de los dos liberados que la policía vasca difundió el 23 de noviembre pasado acusados del atentado contra los juzgados de Getxo: Jurdan Martitegi Lizaso y Arkaitz Goikoetxea Basabe, los dos supuestos liberados del comando Vizcaya.
La policía también descarta que el asesinato haya sido obra de Martitegi (con casi dos metros de altura y sólo 85 kilos) o Goikoetxea (también muy alto), ya que el estudio del atentado indica que el pistolero era un hombre de menor estatura. Algunas fuentes policiales reducen su altura a poco más de 1,70.
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