El artista científico Orfescu lanza un concurso de nanoarte por Red
Un simple copo de nieve o una molécula de sal se convierten en fascinantes formas abstractas - Los internautas podrán votar hasta el 31 de marzo
"Creamos obras a partir de la ciencia usando la tecnología". Así el artista y científico de origen rumano afincado en Los Ángeles, Cris Orfescu define el nanoarte, una nueva disciplina surgida de la intersección entre arte, ciencia y tecnología, basada en microformas, creadas a partir de procesos químicos o físicos representados mediante potentes escáneres o microscopios electrónicos, que permiten la visualización de electrones y átomos.
Gracias a las nuevas herramientas tecnológicas, un simple copo de nieve y otros líquidos cristalizados, una molécula de sal comestible coloreada, una secuencia de polímeros o microcristales de soluciones químicas evaporadas, se convierten en fascinantes formas abstractas, que sus autores a veces manipulan para convertir en figurativas.
"La nanotecnología puede ser muy beneficiosa, pero también muy peligrosa, y la única forma de mantenerla bajo control es el conocimiento. No sólo los gobiernos, los militares y las multinacionales deben conocer sus desarrollos, sino también el público. Llamar su atención a través del arte y la estética es una forma de impulsar el debate sobre el impacto de la nanotecnología en nuestras vidas", explica Orfescu, que ha creado en Internet un concurso de nanoarte.
La segunda edición, que acaba de inaugurarse, reúne 121 obras de 37 nanoartistas de 13 países, que han sido colgadas en Internet para que el público pueda votar antes del 31 de marzo y decidir el ganador. Destaca la obra de Antonia Denkova, una ampliación al microscopio electrónico de una molécula de cloruro de cesio al que posteriormente ha añadido color con Photoshop.
El artista de Azerbaiyán Imammeddin Amiraslam ha utilizado unos microcristales, resultado de la vaporización de microgotas de una solución de dos compuestos químicos, que han sido fotografiados a través de un microscopio estereoscópico. También en este caso los colores de las imágenes han sido potenciados con un programa gráfico.
Echoes, del diseñador David Derr, es una imagen manipulada con Photoshop, compuesta por nueve capas semitransparentes, que conforman un universo poblado por nanocristales y fragmentos de elementos orgánicos, como plumas y semillas. Las pinturas acrílicas de Teresa Majerus representan el mundo desde el punto de vista de las partículas subatómicas.
"El nanoarte puede ser para el siglo XXI lo que la fotografía fue para el XX. Sin embargo, la profundidad y tridimensionalidad que se obtienen con la creación de imágenes por electrones es mucho mayor que la que se consigue con la fotografía, donde las imágenes son creadas por fotones, es decir, partículas de luz. Los electrones penetran más en la estructura de la materia, por ello las imágenes son más impactante que las fotografías tradicionales", asegura Orfescu.
NANOART: www.nanoart21.org C. ORFESCU: www.crisorfescu.com
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