Lo ancho, lo estrecho
La bicicleta es un vehículo ecológico y el Ayuntamiento de Barcelona promueve su uso con el servicio llamado Bicing, un neologismo pobre, como tantos generados desde instancias oficiales. Hace unos meses, el consistorio dictó una serie de normas para evitar que las bicicletas usurparan el espacio del peatón, visto que el de las bicis se lo han quedado los coches con impunidad. El Ayuntamiento corrigió su propio criterio para permitir que los ciclistas circularan por las aceras en determinados casos. Se resumen en uno: cuando al ciclista le dé por ahí.
Y si las bicicletas pueden ir por la acera de una en una, ¿por qué no de 20 en 20? No en grupo, sino en los vehículos de transporte de la empresa que tiene la concesión del servicio, como señala F. E., peatón que trabaja en Rambla de Catalunya, donde hay varios puestos de aparcamiento del servicio de Bicing y el tráfico es tan complicado como en media ciudad o más. La empresa del Bicing lo tiene claro: se sube al paseo central de la Rambla y circula por él, y al peatón que le den. Se paran, suben y bajan bicicletas o lo que sea que hagan los operarios. Ocupan el espacio de los peatones cuanto les place y se van tan campantes.
BSM (Barcelona Serveis Muncipals) dice que está contra esta práctica. De raíz. La contundencia empleada la semana pasada por el portavoz de BSM para afirmar que si se producía algo así los empleados se iban a enterar, sólo tiene parangón con la contumacia de la concesionaria. La imagen que acompaña a este texto fue tomada la semana pasada. Anteayer había otros dos vehículos de motor con bicicletas sobre la zona peatonal.
"Nos parece inaceptable", añadió ayer un portavoz de BSM. Seguramente es cierto. No es novedad que en las alturas se decida una cosa y luego los empleados hagan de su capa un sayo. Hace un par de semanas fueron los servicios de limpieza los que se pasaron por el forro la prohibición de Imma Mayol de utilizar agua de boca para la limpieza de calles. Y cada día son los del Bicing los que ignoran las consignas de BSM. Ya se sabe: lo ancho para el Ayuntamiento, lo estrecho para el peatón ciudadano. ¿A quién le importa?
Para quejas sobre administraciones y empresas públicas pueden dirigirse a catalunya@elpais.es, a la atención de Francesc Arroyo.
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