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Una avería en el metro agrava en hora punta la huelga de autobuses

Decenas de conductores rompen la huelga y se unen a los servicios mínimos

Blanca Cia

En la calle, sólo la mitad de los autobuses por la huelga de conductores de TMB. Abajo, en el metro, una avería en el sistema de control informático del tronco central de la línea 3 que afectó a 15.000 personas. Ayer fue una jornada aciaga para los usuarios del transporte público.

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El segundo día de la huelga de los conductores de autobús registró menos incidentes. Circularon muchos más autobuses de los estipulados por los servicios mínimos. Cerca de 80, según fuentes de la empresa de transportes. La huelga, pues, parece debilitarse. "Sólo hubo 12 autobuses fuera de los servicios mínimos", replicó el sindicato CGT, uno de los convocantes de la huelga junto con la ACTUB. Con todo, la mayor parte de la plantilla -2.900 conductores- o secunda el paro o está de baja.

A esta situación se sumó la avería del metro, que afectó a los sistemas de control de señales y cambios de vía en la estación de Catalunya de la línea 3, y como consecuencia de ello el servicio quedó interrumpido en seis estaciones: desde Fontana hasta Drassanes. Eso ocurrió a las 8.12 horas y no volvió a la normalidad hasta las 10.30.

Muchos usuarios de TMB se vieron sin alternativa. Hasta las 9.30 horas funcionaban lo servicios mínimos, pero luego ya no. Y de eso eran conscientes muchos de los viajeros del metro. Como Joan Papasseit, que cada día se desplaza con la línea 3 desde la plaza de Espanya a Diagonal y ayer tuvo que sustituirla por la 1 hasta la plaza de Catalunya y luego caminar: "He tardado 40 minutos en vez de 20. No he intentado coger autobús porque sabía que había huelga", informa Laia Zieger. El desconcierto se apoderó de los pasillos del metro entre avisos por megafonía y las señales luminosas.

Transportes habilitó 16 autobuses lanzadera desde Lesseps al Paralelo para dar servicio alternativo al tramo afectado. Pero ahí también hubo problemas porque el comité de trabajadores en huelga se negaba. Luego cedió.

Tampoco faltaron incidentes en la segunda jornada de huelga de las cinco convocadas para esta semana. En la cochera de Horta, un piquete lanzó piedras a un autobús ocupado, precisamente, por conductores de TMB. Fuentes de la empresa explicaron que es un servicio que recoge a los conductores por la ciudad sobre las cuatro de la madrugada, ya que la cochera de Horta está bastante aislada. Otro autobús, de la línea 28, sufrió sabotaje. La policía volvió a hacer acto de presencia en las cocheras -tanto Mossos como Guardia Urbana-, pero ayer no hubo enfrentamientos. Sí hubo lanzamiento de huevos contra la sede del Partit dels Socialistes, en la calle de Nicaragua. Son los socialistas, con el alcalde, Jordi Hereu, a la cabeza, el blanco preferido de los trabajadores. No en vano TMB depende precisamente del poder municipal.

Las posturas siguen por ahora inamovibles. La CGT y la ACTUB alegan que la Administración no está dando un paso "ni oficial ni oficioso" para acabar con el conflicto, según dijo ayer Saturnino Mercader, presidente del comité de empresa.

TMB insta, por su parte, a los trabajadores a desconvocar la huelga y acepta negociar dentro del convenio la prinicipal reivindicación de esta huelga: dos días consecutivos de descanso semanal.

Las elecciones se harán con los Cercanías gratis

El Consejo de Administración de Renfe decidió ayer mantener la gratuidad del servicio de Cercanías hasta nuevo aviso. Aunque formalmente no lo dijo, lo cierto es que viajar en las líneas C-2 Sur, C-7 y C-10 seguirá siendo gratis como mínimo hasta el próximo lunes, una vez se hayan celebrado las elecciones generales. La fórmula adoptada es facultar al presidente de la compañía, José Salgueiro, a que decida cómo y cuándo los pasajeros volverán a pagar. El motivo formal aducido es garantizar "la igualdad de trato a todos los viajeros".

La decisión de que estas línea fueran gratuitas la tomó el Ministerio de Fomento y se produjo tras la supresión del servicio, el 20 de octubre, debido a diversos hundimientos en la zona de Bellvitge, a causa de los problemas en las obras del AVE. Esta gratuidad tenía, en principio, una fecha límite: el mismo día que entrara en funcionamiento el tren de alta velocidad hasta Barcelona. Ese hecho se produjo el 20 de febrero pasado, pero Renfe decidió aplazar la decisión "hasta la celebración del Consejo de Administración". Eso fue ayer y se llevó a cabo un nuevo aplazamiento.

Renfe facturará el coste de la gratuidad a Adif, que, a su vez, reclamará el importe a la empresa OHL. El coste estimado es de 90.000 euros diarios.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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