_
_
_
_

El campus de Santiago asumirá las fundaciones expulsadas

El rector desdice a Derecho y asegura que las entidades trabajan

La decisión del Decanato de Derecho de apremiar a dos fundaciones y una cátedra para que abandonasen en un mes los cuatro despachos que ocupan en la facultad ha levantado ampollas en la cúpula de la universidad compostelana. Fuentes académicas aseguran que en el rectorado sentó mal que el decanato tomase la iniciativa sin consultarla con el gobierno de la universidad y algunos de los perjudicados por el intento de expulsión atribuyen los hechos a una guerra política. Sin embargo, vencido el plazo fijado en la carta de apremio (el viernes 15 de febrero deberían haber abandonado los despachos), el decanato no ordenó, como había anunciado, retirar las pertenencias de estas instituciones y cambiar las cerraduras.

La orden fue frenada y, según el propio rector, Senén Barro, ahora ha tomado las riendas del asunto el Vicerrectorado de Infraestructuras, que "ya ha mantenido contactos" con cada una de las entidades (la Fundación Ventura Figueroa, la Cátedra de Cultura Cubana Alejo Carpentier y el Igaci, Instituto Galego de Cooperación Iberoamericana) y "está buscando una salida, que será consensuada, viendo en qué medida se pueden reubicar". El rector, en contra de lo que sigue afirmando el decanato, niega que aquello sean despachos fantasma donde nadie trabaja desde hace meses: "Trabajar se trabaja en todos ellos, aunque no sea todos los días, y aunque en concreto la Ventura Figueroa use aquel espacio no como despacho, sino como depósito". Barro afirma que "ninguna de estas instituciones quedará fuera" de la universidad y que quizás alguna continúe donde está, ocupando ese espacio que, según el decanato, la facultad "necesita" y "es un lujo" que esté desaprovechado.

El decanato argumenta que es a él al que le corresponde gestionar sus espacios, que estas instituciones "inoperativas" generan gastos y que ni siquiera tienen "vinculación con el Derecho". Por ello, porque "no se puede consentir que haya 120 metros cuadrados a disposición de no sé quién cuando quiera", el gobierno de la facultad advierte que "seguirá peleando por cada centímetro" y "por los derechos de profesores y becarios que sí trabajan" y no tienen dónde hacerlo o lo hacen en espacios comunes o despachos mucho peores. Además, fuentes del centro añaden que será difícil la reubicación de las fundaciones porque "ninguna facultad quiere albergarlas". El edificio de Derecho tiene tres pisos y "las tres cuartas partes del tercero" están ocupadas por organismos ajenos a esta carrera.

La directora de la Cátedra Alejo Carpentier, la profesora de Humanidades Ana Chouciño, respondió a la carta de apremio negando que en su despacho no se trabaje "pese a la falta de luz natural" que lo hace "poco acogedor" y le da un "aspecto de almacén". Chouciño critica la falta de "respeto institucional" del decanato y dice que quien tiene competencias para moverla de allí es quien allí la puso, el Vicerrectorado de Relaciones Institucionales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_