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Entrevista:EL RINCÓN DE LA CANDIDATA | CELIA VILLALOBOS | ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

"Ser ministra no es tan importante"

La ex alcaldesa de Málaga encabeza por sexta vez la lista del PP al Congreso

Lleva un montón de campañas electorales a sus espaldas. Fue estrella de la televisión cuando las tertulias políticas dominaban las audiencias, alcaldesa de Málaga y ministra de Sanidad, y porque haya tenido que volver a la oposición los últimos cuatro años no da por apagado su brillo. Celia Villalobos se resiste y ahí está, por sexta vez en cabeza de la candidatura del PP de Málaga al Congreso de los Diputados. "Sigo activa y puedo seguir colaborando, me encanta la acción parlamentaria, soy una mujer moderada y progresista que juega un papel en mi partido que nadie ha ocupado", afirma.

Lleva a gala ser lo que ella misma siempre ha definido como "roja". En varias ocasiones ha votado en contra de su grupo parlamentario en asuntos como la ley de matrimonio homosexual, lo que le ha costado varias multas. "Hay cosas que pertenecen a la conciencia personal, y los partidos deberían respetar en esos casos que cada uno votara en conciencia".

Celia Villalobos ya no quiere más fotos en la Plaza del Obispo, su lugar preferido de Málaga, porque dice que ya le han hecho muchas entrevistas allí. "Es que es especial, me trae recuerdos de mi infancia, siempre que pasaba por ella le decía a mi madre que por qué no vivíamos allí". Su sueño se cumplió. Vive en un ático de la Plaza del Obispo desde el que casi puede tocar la catedral. "Puedo sacar el plumero y limpiarle el polvo a la torre".

En esta ocasión ha preferido un paseo por calle Larios, la que dicen que dio a Francisco de la Torre su primer triunfo electoral tras suceder a Villalobos. "Define muy claramente de lo que es capaz el PP, que supo mantener una calle del siglo XIX con un cambio del siglo XXI", afirma. En el paseo tiene un recuerdo especial de la campaña que menos la identifica, las europeas de 1994 -fue eurodiputada sólo un año-. "Íbamos como los representantes de comercio, Gonzalo y yo en un coche, con la maleta detrás, recorrimos España desde Madrid a Cataluña y desde allí cruzamos hasta Galicia, dando mítines y celebrando reuniones, un viaje precioso, descubrí sitios maravillosos", cuenta. Gonzalo Padrón, el asesor que le dirigió sus campañas triunfales para la alcaldía, donde luego fue su jefe de gabinete, también pasea ahora por calle Larios. Villalobos lo ha llamado una campaña más porque la pugna electoral con la segunda ministra malagueña de la historia, Magdalena Álvarez, es dura.

Ante sus séptimas elecciones generales, Villalobos asegura que tiene ambición -"miente quien diga que no la tiene"-, pero no pretensiones de cargo. "Hay cosas que ya han pasado por mi vida y no tiene sentido".

Y de todo lo que ha vivido valora sobre todo su etapa de alcaldesa de Málaga, cinco años (1995-2000) a los que puso fin por la llamada de Aznar para ser ministra de Sanidad, cargo en el que apenas duró dos años y del que es evidente que no guarda unos recuerdos muy gratos. Entre otras cosas porque el recuerdo que los demás tienen de ella es el de la ministra del caldito. Una imagen caricaturesca sobre su petición de no utilizar carne de vaca para el puchero cuando de detectó la epidemia de las vacas locas. Lamenta que lo que no debía ser más que una anécdota fuera aprovechado por sus enemigos con fines malévolos. "Fue una expresión coloquial, quizá un error, pero como muchos que cometen los ministros. Se cebaron en mi porque a la derecha más extrema le molestaba Celia Villalobos y vieron un motivo para acabar con ella", afirma.

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De aquella etapa, en la que confiesa que pasó "momentos muy duros" salió con un enorme desapego por el cargo ministerial. "No le veo excesiva gracia a ser ministra", dice. Y en otro momento de la conversación insiste: "ser ministra no es tan importante, es más satisfactorio ser alcalde". Pero ni tiene nostalgia ni tentaciones de pensar que en lugar de llevar cuatro años fuera de foco, podría ser alcaldesa de Málaga. "No hay que pensar lo que pudo ser, ni siquiera en los momentos malos. Tomé una decisión cuando se planteó, lo que hay que mirar cuenta es que la vida da muchas oportunidades". explica.

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