Una madre y su hijo, heridos en una explosión de gas en Poblenou

El gas lleva por el camino de la amargura al barrio de Poblenou. El jueves, la rotura de una tubería causó un incendio que obligó a desalojar a un centenar de vecinos. Ayer, segundo incidente en apenas dos días, la cosa fue más grave.

Una explosión por acumulación de gas butano en una vivienda dejó tres heridos: una madre y su hijo, que se encuentran graves aunque no se teme por su vida, y una mujer que sufrió quemaduras superficiales y que ayer mismo fue dada de alta del hospital de Vall d'Hebron.

El suceso se originó en un edificio de cinco plantas situado en el número 7 de la calle del Ferrocarril. La planta baja fue reformada hace ocho años, de forma que se habilitaron dos viviendas independientes, según informó el propietario. Una de las cocinas albergaba diversas bombonas de butano. A primera hora de la mañana, hubo un escape de gas, que se acumuló en el habitáculo, informó un portavoz de los bomberos. Tanto este cuerpo como la policía científica de los Mossos d'Esquadra están elaborando un informe para aclarar las causas precisas del siniestro.

El niño herido en la explosión, de sólo dos años, fue atendido por los servicios de emergencia. Una vez estabilizado, fue trasladado a Vall d'Hebron. Se encuentra ingresado en la unidad de cuidados intensivos de ese hospital. Ayer por la tarde, su estado era "muy grave", según fuentes hospitalarias, aunque se encontraba estable. El menor sufre quemaduras en la cabeza y en el cuello. Los médicos decidieron ingresarlo en la UCI pediátrica, en vez de en la unidad de quemados, para evitar complicaciones, ya que por su corta edad requiere más atención.

La madre del crío sufrió quemaduras graves en las manos y en la cara, aunque tampoco se teme por su vida. La tercera persona, una mujer de edad avanzada, fue atendida por quemaduras superficiales.

El piso donde se encontraban los tres heridos fue devastado por la explosión. Desde la calle podían verse los cristales, completamente rotos. Los bomberos comprobaron, sin embargo, que la estructura del bloque de viviendas aguantó sin demasiados problemas. De ahí que no fuera necesario desalojar a los vecinos.