Un financiero con alma de motorista
Adolf Todó toma hoy las riendas de Caixa Catalunya como director general
"Coloca a su alrededor a gente que puede hacerle sombra, y eso sólo lo hacen las personas seguras de sí mismas". Lo dijo el presidente de Caixa Manresa, Valentí Roqueta, de su hasta ahora director general, Adolf Todó, cuando le despidió de su cargo. A partir de hoy, Todó, de 53 años, se convierte en el director general de la segunda caja catalana, Caixa Catalunya.
Es el salto desde una entidad que gestiona unos recursos totales de 6.428 millones de euros a otra que gestiona un negocio global 108.374 millones de euros; de una caja que gana 148 millones a otra con un beneficio de 488; de una red de 150 oficinas a otra de casi 1.200.
Todó, que toma el relevo en el cargo a Josep Maria Loza tras 13 años en la dirección de Caixa Manresa, es, además de un reputado gestor y conocedor del mundo financiero, un loco de las motos. Sus allegados le han oído decir que llevar una empresa no es tan distinto de conducir una de ellas. Por aquello de la presión y la tensión. Por la osadía y el pulso correcto. Por saber frenar y avanzar al competidor cuando hay que hacerlo.
Todó deberá pilotar la segunda caja entre coletazos de la crisis financiera
Al cumplir 50 años y una década como director general de Caixa Manresa, el regalo que le hicieron fue una vuelta por Montmeló sentado de paquete en una moto conducida por el piloto Randy Mamola. La foto de ese día feliz le ha acompañado en su viejo despacho desde entonces. Y sin duda le acompañará en el nuevo, a lado de dos cascos firmados por Carlos Checa. Es una de las amistades que cultiva, junto a las de otros campeones de la moto, como Toni Elias y Àlex Crivillé.
Master y doctor en Economía por la University of California San Diego y licenciado en Económicas por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), su faceta de profesor (en ESADE) ha roto barreras de público con su libro El gran horitzonte.
Después de explayarse en numerosos artículos y publicaciones sobre sesudas teorías económicas y sobre la demanda de bienes públicos, se declara sorprendido de que la publicación que más le comentan sea esta fábula aparentemente sencilla, destinada a jóvenes de cualquier edad. Cuenta cómo un joven delfín, Dolphi, se atreve a abandonar el espacio de aguas tranquilas y cálidas donde vive sin sobresaltos, pero donde empieza a escasear el alimento, para adentrarse en un océano incierto repleto de orcas peligrosas, de temporales y de otros delfines que intentan acabar con lo que perciben como un competidor forastero en su territorio. El gran horizonte es una gran metáfora de nuestro tiempo, con moralejas aplicables en particular al universo de las empresas en la globalización.
El lanzamiento de productos innovadores en el mercado -el amplio abanico de hipotecas distintas de Caixa Manresa no pasa desapercibido, considerando el reducido tamaño de la entidad- y la obsesión por potenciar los fondos de inversión -en 2007, con un mercado a la baja, los de Manresa crecieron el 3,6%, y en 10 años, bajo la batuta de Todó, el patrimonio de fondos se incrementó el 1.038%- han sido dos de las traducciones de esta filosofía.
El nombre de Todó, que fue directivo del Banc Sabadell y al que relevará Feliu Formosa, ya había sonado con fuerza en el pasado para ir a Caixa Catalunya, cuya entidad fundadora es la Diputación de Barcelona. Sonó también para dirigir el Sabadell e incluso La Caixa, en los últimos relevos en sus cúpulas respectivas.
Aterriza en una Caixa Catalunya presidida por Narcís Serra, interesado en una mayor imbricación de la entidad en el tejido industrial. Como la mayoría de cajas catalanas, Catalunya se ha mostrado prudente con sus provisiones ante el clima de incertidumbre económica; pero, también como las demás, no se escapa de la inquietud por el todavía poco claro alcance de la crisis financiera y de su contaminación a la economía real. La morosidad, al alza. Las hipotecas, a la baja. Los resultados de sus sociedades inmobiliarias Procam, en caída libre (un -56% en 2007).
Todo ello coronado por rumores de fusiones de cajas contra las que Todó se ha pronunciado, a coro con otros directores generales y presidentes de otras cajas de la comunidad, conscientes de que sólo podrían forzar una situación crítica en una de ellas o un improbable decretazo político. En cualquier hipotético cambio de mapa, Caixa Catalunya, mediana, podría desempeñar su papel. "No hago nada que no me haga ilusión", ha confesado sobre su gran salto.
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