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Reportaje:

Usuarios cada vez más irritados

Metro y autobús coinciden con paros del servicio en hora punta en Valencia

Sara Velert

Ni metro ni autobús. La de ayer fue una mañana harto complicada para miles de personas en Valencia y su área metropolitana al coincidir en la hora punta de la mañana los paros convocados por los sindicatos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y de Metro Valencia. Entre 115.000 y 140.000 usuarios -según empresas y sindicatos- sufrieron retrasos o se quedaron sin transporte público a primera hora. Aunque en franjas horarias distintas, también hubo paros por la tarde en ambos servicios públicos.

El malestar crece entre los viajeros del suburbano con cada nueva jornada de huelga. "Esto ya dura demasiado", comentaba Inmaculada Esteve, de 33 años, de camino al trabajo a las 8.00 en la estación de la avenida del Cid. Los maquinistas del Metro realizan paros de varias horas desde finales de enero, y la gente empieza a cansarse. Como Carmen García, de 58 años, damnificada ayer de las dos huelgas, ya que combina ambos transportes. "Estamos hasta el moño, siempre somos los que pagamos el pato", se lamentaba.

Uno de los cristales de un autobús sufre una pedrada tras salir de la cochera

El paro entre 6.50 y 9.50 afectó de nuevo especialmente a los usuarios más alejados del centro de Valencia por la menor frecuencia de paso en la cabecera de las líneas. Los servicios mínimos del 66% no evitaron, una mañana más, que los trenes llegaran llenos hasta la bandera a andenes también repletos. Los usuarios protestan, además, por los trenes que acortan su itinerario habitual y les obligan a bajar antes, un trastorno más que provoca cruces de reproches con los maquinistas y que el Sindicato Independiente Ferroviario (SIF) achaca a la empresa.

En la superficie, no fueron pocas las paradas de autobús que quedaron desiertas. Hubo afectados que buscaron alternativas, como Elena Mateu, de 60 años, que a las 7.20 esperaba junto a una parada a que la recogiera en coche un compañero. "Es que nos han dejado colgados", comentó. "El derecho de huelga me parece muy bien, a veces hay que presionar, pero hay que respetar los servicios mínimos", subrayó a su lado otra usuaria, E. M., de 37 años, antes de marcharse andando tras media hora de espera inútil. Ninguna quería repetir el caos del pasado martes, con autobuses y paradas a rebosar al incumplirse los servicios mínimos.

Ayer tampoco se respetaron. Decenas de trabajadores se congregaron ante las cocheras y protestaron por el bloqueo de la negociación del convenio colectivo. Una luna lateral de un vehículo saltó hecha añicos cerca de las cocheras a consecuencia de una "pedrada", según el concejal de Circulación, Alfonso Novo. Fue el único incidente. El concejal afirmó que no hubo "presiones" a los conductores, a pesar de lo cual se plantea recurrir a la Policía Local o Nacional para vigilar la salida de los vehículos en un próximo paro.

Entre las 6.00 y las 9.00 solo circularon 114 de los 270 autobuses previstos, ni la mitad de los servicios mínimos. Los sindicatos de la EMT rebajaron la cifra de vehículos a poco más de 55. El comité de empresa se declaró ajeno a la rotura del cristal y aseguró que el Ayuntamiento intenta "justificar" con sus críticas la presencia de policías en las cocheras.

Empresas y sindicatos se acusaron mutuamente de las huelgas. Novo aseguró que los trabajadores de la EMT piden demasiada subida, y estos negaron que sus peticiones sean desmesuradas. Metro Valencia sostiene que los maquinistas ganan cada vez más y trabajan cada vez menos, según un anuncio que publica hoy. El SIF rechaza la simplificación y pide de nuevo una reunión con el consejero de Infraestructuras ante la falta de diálogo. Unos y otros, una jornada más, se disculparon por las "molestias" a los usuarios, que serán de nuevo los perjudicados si no hay acuerdo ante del 1 de marzo en el Metro y el 4 en ambos transportes.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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