Plan de seguridad viaria para reducir la accidentalidad de Barcelona en un 25%

En 2007, se produjeron 11.041 accidentes de tráfico en la ciudad de Barcelona y en 9.834 de ellos hubo víctimas. El número de personas que perdieron la vida fue de 43 -cinco menos que los registrados en 2006- y también se bajó el número de heridos, especialmente los graves, en casi el 10%. Todas esas cifras y porcentajes quieren ser reducidos en los próximos cinco años.

Concretamente, el Plan de Seguridad Viaria del que se informará hoy en la sesión del pleno municipal fija el objetivo en la reducción del 25% de la siniestralidad con víctimas. Si en 2007 los siniestros con heridos fueron cerca de 10.000, dentro de cinco años debería ser de unos 7.500.

Para lograr esa reducción, el Consistorio quiere aumentar la seguridad, pacificar el tráfico y reforzar el cumplimento de la normativa. Y un instrumento para conseguirlo, más allá de campañas de sensibilización e información, es incrementar los puntos de control, sobre todo en los cruces que tienen una siniestralidad más alta.

Así que a las siete cámaras ya instaladas en varios cruces del Eixample -tres en la calle de Aragó, dos en la Diagonal y otras dos en la Gran Via- se sumarán 30 puntos más de control. Las nuevas cámaras, que registran las imágenes en ráfagas, están en proceso de ubicación, aunque no de forma fija y todavía no tienen fecha de entrada en funcionamiento, señalaron portavoces municipales.

La reducción de la velocidad se considera muy importante para rebajar la siniestralidad. Igual que los controles de alcoholemia y drogas, que se han incrementado en los últimos meses y que el plan prevé aumentar más. Se trata de controles preventivos que se realizan en buena parte del Eixample.

Otra medida para pacificar el tráfico es extender las zonas 30 a toda la ciudad. Las áreas 30 son zonas donde está prohibido circular a más de esa velocidad y, de momento, se han introducido en los cascos históricos de los distritos y en algunas vías del Eixample, como la calle de Borrell y La Rambla barcelonesa. El problema es que muchos conductores no saben lo que significa.