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Reportaje:

El viejo Liverpool bendice a Torres

Dalglish y Souness, legendarios futbolistas del equipo inglés, dialogan con el español y le cubren de elogios

En el salón privado de un moderno restaurante, Kenny Dalglish, Graeme Souness y Sammy Lee, dos mitos y una vieja gloria del Liverpool, se ponen en pie para recibir a Fernando Torres, que llega de la mano de Michael Robinson, otro ex de los reds y promotor del encuentro. A estas alturas de curso y con 21 goles a sus espaldas, Torres domina el temario del Liverpool y sabe con quién se examina: "Coincidí una vez con Kenny en una cafetería y comprobé que estar a su lado era no existir".

"Eres uno de los mejores delanteros de la 'Premier', si no el mejor", dice Dalglish
"Si Benítez te hiciera jugar más, el equipo estaría más arriba", sentencia Souness
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Kenny Dalglish (Glasgow, 1951) o King Kenny, designado por la afición como el mejor jugador de la historia del Liverpool, abraza a Torres con entusiasmo. "Permitidme recordar que a Kenny también le llamaban cojones de perro, que significa que no se puede ser mejor", tercia Graeme Souness (Edimburgo, 1953) capitán y organizador de los reds en los 80. La llaneza de Dalglish contrasta con el refinamiento de Souness, un futbolista rabioso con maneras de aristócrata escocés bautizado como Champagne Charly, sobrenombre de un vividor francés del siglo XIX. "Todos bebíamos cerveza salvo él, que siempre pedía el mejor champán", recuerda Robinson.

Arropado en la mesa por sus compañeros Reina y Arbeloa, Torres se ve de pronto en el centro de la conversación. Dalglish le dice a la cara lo que piensa. "Fuiste el mejor fichaje del verano en Inglaterra y eres uno de los mejores delanteros de la Premier, si no el mejor. A diferencia de otros, tú te fabricas los goles". "Me recuerda a Rush", apunta Sammy Lee (Liverpool, 1959), diez años con los reds. "Lo mejor es que sólo tiene 23 años".

Ian Rush es el máximo goleador en la historia del club. Pero Torres no quiere darse importancia por nada del mundo. Si se le señala que su camiseta es la más vendida del Liverpool, "es que la de Gerrard ya la tiene todo el mundo". Da igual que en Anfield griten To-rres como en su día gritaron Dal-glish. "Aún es muy pronto...", dice mirando al mantel. El único reparo con respecto a Torres lo pone Souness: "Pienso que no juegas lo suficiente. Si Rafa te hubiera hecho jugar más, el Liverpool iría mucho mejor en la Liga".

Torres ejerce de portavoz de los jóvenes y recuerda que el entrenador "tiene el apoyo de la gente y de los jugadores". Frente a ellos, dos comensales que también entrenaron al Liverpool toman la palabra. "Me gusta Rafa. Lo que pasa es que esta temporada está siendo más floja de lo que todos esperábamos", resume Dalglish al tiempo que Souness aclara la voz: "Me gustaría ver hoy algo de la vieja filosofía del Liverpool. Cuando tienes un gran grupo de jugadores, déjales expresarse, compenetrarse... Es un misterio para el fútbol inglés. No se sabe por qué en el Liverpool no juegan los mejores con regularidad. Me gustaría que ellos [apunta a Torres con el dedo] sientan qué significa ser el equipo más fuerte. No creo que el juego sea mucho más exigente que antes teniendo en cuenta que ellos se cuidan mucho más que nosotros en términos de preparación física, nutrición, hidratación, alcohol... Yo nunca me sentí cansado y jugaba los sábados y miércoles sin parar durante 50 semanas al año. Es psicológico. Te cansas cuando pierdes. Hay jugadores como Rooney, Fábregas... que nunca paran. El Liverpool ha reservado a sus mejores jugadores con demasiada frecuencia".

Dalglish apostilla las palabras de Souness: "Lo que no ha cambiado es la mentalidad del jugador. Si insistes en decirle que está cansado, te creerá. Si le dices que juegue, jugará. Nunca vendrá a decirte que está cansado. Así que a jugar y punto". La brusquedad del acento de Dalglish refuerza la sencillez de su mensaje. El futbolista más laureado en la historia del Liverpool asocia su recuerdo más feliz a la firma de su primer contrato en Anfield, en 1977. Y eso que después vinieron tres Copas de Europa y seis Ligas gracias, según Dalglish, "a un gran vestuario. Siempre supimos que no teníamos nada de especial".

Souness apela también a la camaradería, siempre preservada por los más veteranos: "Cada año era fantástico porque siempre ganábamos algo. Y si sólo conseguíamos un trofeo, aquél era un mal año", cuenta el capitán, que obligó a sus compañeros a dar una vuelta al Olímpico de Roma para que miraran a las caras de los seguidores de la Roma horas antes de ganar la final de la Copa de Europa de 1984. "Nosotros jugábamos siempre al ataque. A la cara del adversario", explica Dalglish acercando su mano al rostro de Torres.

Durante dos horas y media, los actuales jugadores del Liverpool escuchan asombrados las historias de otros tiempos, cuando el mejor equipo del mundo se entrenaba con la ropa sucia por no romper una tradición de los 60. Al final de la velada, Torres expresa su gratitud a los veteranos. "Gracias a ellos, nosotros estamos aquí. Ojalá algún día podamos sentarnos a ese lado de la mesa". A punto del brindis final, Souness devuelve a Torres el cumplido acompañado de un mensaje de ánimo: "Gracias por escuchar a unos viejos nostálgicos. Y recordad que a nosotros siempre nos hicieron sentir que no éramos tan buenos como los anteriores. Nuestras tres Copas de Europa no valían igual que la primera... Buena suerte". Rápidamente, los jóvenes regresaron a sus casas. Su cena se había enfriado.

Canal Plus emite hoy el encuentro entre dos generaciones del Liverpool en Informe Robinson (22.25 h.).

Fernando Torres, durante un partido de Liga con el Liverpool.
Fernando Torres, durante un partido de Liga con el Liverpool.REUTERS
A la izquierda, Torres saluda a Graeme Souness. A la derecha, el español le escucha junto a  Kenny Dalglish.
A la izquierda, Torres saluda a Graeme Souness. A la derecha, el español le escucha junto a Kenny Dalglish.CANAL +

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