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ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

La crisis económica enfría las ganas de CiU de entrar en el Gobierno

Duran admite en Tortosa el error de apoyar el trasvase del Ebro

San Ignacio recomendaba "no hacer mudanza en tiempo de tribulación". Y Santa Teresa se refería a "tiempos de crisis". El democristiano Josep Antoni Duran Lleida, siguiendo el sabio consejo de los santos, aseguró ayer que Convergència i Unió no cambiará la placidez de sus escaños granate del Congreso por unos seguramente mucho más convulsos de color azul -los del Gobierno- en caso de agravarse la situación económica en los próximos meses.

Los nacionalistas, por mucho que el PSOE les conceda el oro y el moro (despliegue del Estatuto, balanzas fiscales o un inmejorable sistema de financiación), analizarán la coyuntura política y económica que se avecina. Si aparecen nubarrones en el horizonte, CiU primará sus intereses políticos y electorales, y entonces preferirá influir en la gobernabilidad "desde la barrera".

Con el euro a 1,5 dólares, el barril de crudo a 100 y la crisis inmobiliaria, ayer el Banco de España pronosticó una desaceleración más abrupta de lo esperado. Duran -siempre ojo avizor- vaticinó, en una rueda de prensa en la agencia Efe, que la coyuntura podría ir a peor y que habría que tomar medidas impopulares, como una reforma laboral. "Ningún partido habla de sacrificios, pero habrá que hacerlos", avisó.

Para afrontar esta situación, el candidato apostó por reeditar los pactos de La Moncloa, pero previendo que el PP "entrará en crisis" si pierde el 9 de marzo, avisó de que CiU no le va a salvar los muebles al Gobierno socialista. Y menos en caso de que opte por aliarse con Izquierda Unida, reacia a cualquier recorte social. "A partir de la autoridad que me confiere haber defendido que el catalanismo político debe implicarse desde el Gobierno en la gobernabilidad del Estado, reconozco que la situación política y económica será muy complicada en los próximos cuatro años", advirtió.

CiU estudiará la conveniencia de sentarse en el Consejo de Ministros después del 9-M sopesando todas las variables, no sólo los beneficios que Cataluña pueda obtener para su autogobierno. Y quizá decida contemplar los toros "desde la barrera", como Jordi Pujol ha preferido siempre. "CiU debe ser lo suficientemente inteligente como para que tal vez, no pudiendo implicarse como sería lo ideal, lo haga de la manera menos costosa para sus intereses y para Cataluña", precisó.

Los nacionalistas prefieren que el Gobierno asuma posibles medidas "contundentes". Esto no significa, precisó, "que nos vayamos a inhibir, pero CiU no podrá lanzarse por la pendiente".

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Alguna implicación en la gobernabilidad ha salido cara a CiU. Duran admitió en Tortosa que la federación se equivocó al respaldar el trasvase del Ebro propugnado por el Gobierno del PP. "Vine en tiempos muy difíciles, tiempos en que nos equivocamos, pero que nuestros adversarios aprovecharon para hacer mucha demagogia", proclamó el candidato al poco de iniciar su discurso. Las primeras palabras de Duran fueron para transmitir "esperanza de vida" a los enfermos de cáncer, dolencia que el candidato ha padecido.

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