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Prospera en Santa Comba la primera moción de censura desde las elecciones

El independiente Miguel Pérez gobernará con el apoyo de 7 concejales del PP

Ayer, en Santa Comba, el único que salió ganando fue Tráfico. Por la carretera de Santiago, la gente corría más de la cuenta para no perderse el pleno, y los guardias civiles no tuvieron más que aguardar, apostados a la puerta del pueblo, a que fueran cayendo los infractores.

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La moción de censura contra el alcalde socialista José Antonio Ucha Velo prometía más espectáculo que el partido de los domingos y, pese a que se celebró en el auditorio del multiusos, el recinto se quedó pequeño para los más de 500 asistentes. Hubo que habilitar megafonía exterior para los que no cabían y el número, con final cantado, porque no hubo sorpresas, sólo decepcionó a los fans de Ucha que esperaron a la salida al recién investido alcalde, Miguel Pérez, sin que éste llegase a aparecer.

El nuevo regidor, de Independientes por Santa Comba (ISC), escapó por la trasera aprovechando un despiste de la muchedumbre, que en ese momento jaleaba al que allí mismo era bautizado como "alcalde del pueblo", frente "al del ayuntamiento". Miguel Pérez gobernará con el apoyo de uno de sus ediles, siete de los ocho concejales del PP, la abstención de los tres independientes de Terra de Xallas y el voto en contra del alcalde minoritario, el otro concejal socialista, dos más de ISC y la que, de momento, sigue siendo portavoz del PP, María José Ares, después de que el candidato popular y alcalde durante 18 años, José Toja Parajó, dejase su escaño para facilitar esta moción.

En la primera, tensísima, sesión de censura que tiene lugar en Galicia tras las elecciones municipales, el público, claramente entregado a la causa de Ucha, sufrió accesos de tos seca para hacer callar a Pérez, al que llamó "chorizo", "puerco" o "cara de cemento", y a los del PP, "mercenarios", mientras en las primeras filas se oía gritar a una señora que Santa Comba estaba "de luto" y, al fondo, un señor le deseaba al entrante que un satélite le aplastase la cabeza.

María José Ares explicó que votaba en contra para "salvaguardar" su "dignidad", acusó a sus compañeros de partido de "traición" y llegó a decir que detrás de toda la pantomima todavía hoy estaba moviendo los hilos Toja, el ex alcalde del PP. Por su parte, el saliente dijo, sin dar nombres, que algunos de los populares, en vez de estar en la moción, deberían "estar entre rejas" porque "se repartían las dietas a diestro y siniestro". A Pérez (que hace siete meses hizo posible que Ucha accediese a la alcaldía con 800 votos y dos ediles) lo acusó de no tener más compromiso de gobierno que "el de repartir el botín" y le advirtió: "Esperaré. La mía es una retirada estratégica".

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