González resucita la victoria de 1982 para motivar la mayoría absoluta
La candidata del PSC advierte contra los "recortes" para Cataluña del PP
Echando mano del pasado para recuperar la época dorada de los socialistas -desde 1982 hasta 1993, tiempo de mayorías absolutas para el PSOE-, el ex presidente del Gobierno Felipe González se plantó ayer en Tarragona con el objetivo de enarbolar la bandera de la gestión socialista y desterrar el miedo que propaga el Partido Popular. De economía, derechos sociales e incluso de terrorismo habló González, y entroncó la herencia de sus gobiernos con la labor llevada a cabo en el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.
La campaña de los socialistas regala optimismo por doquier, pero ha hecho falta que pasara el debate entre el vicepresidente económico, Pedro Solbes, y el número dos del PP, Manuel Pizarro, con victoria para el primero, para que cuajaran las buenas expectativas. De hecho, las proclamas de González buscan repetir la mayoría absoluta para el PSOE, por lo que recordó el papel principal de las urnas catalanas en esta empresa. El ex presidente expuso que en los gobiernos en los que tuvo mayoría absoluta hizo "más inversiones que nunca en Cataluña".
Los socialistas dan por descontado que la polarización se ha instalado en la campaña catalana y sólo destinan sus estoques al Partido Popular. El mitin en el Palau Firal tarraconense fue un carrusel de ataques y chanzas sobre el PP. Que si "Doña Cuaresma con barba", en referencia a Mariano Rajoy; o "el innombrable del bigote", hablando de José Maria Aznar, o la "agenda de teléfonos más casposa de la derecha europea", como remachó el presidente de la Generalitat, José Montilla.
Sólo en una ocasión González atacó a CiU -federación a cuyos miembros se refiere como "amigos" en otros actos- y expuso: "En 1996 los que dicen que son el voto útil no permitieron que se votaran los presupuestos y tuvimos que disolver las Cortes". El ex presidente obvió los acuerdos con Jordi Pujol entre 1993 y 1995. Y hubo pocas referencias más a los convergentes, que apenas aparecen en los mítines del PSC. Lo que interesa son los votos que se juega en Cataluña respecto al PP: de un total de 47 escaños que llevan marca catalana, 21 corresponden a los socialistas y 6 al PP. González concluyó su balance preguntándose que, si se ha hecho mejor política en todo, "¿por qué el PP ha estado cuatro años tan derrotista y poniendo palos a las ruedas?". Para el ex presidente la respuesta es clara y, jugando con el eslogan de Rajoy, afirmó que los populares "el corazón lo tienen durillo y cabeza les falta bastante".
A pesar de que el protagonismo del acto, por peso y minutaje, se lo llevó Felipe González, la candidata por Barcelona, Carme Chacón, tuvo tiempo para destacar que no han pasado ni dos días de campaña y los dirigentes del PP "ya han anunciado tres recortes para Cataluña": la renuncia a 34.500 millones de euros en inversiones para Cataluña, la negativa a una Agencia Tributaria de Cataluña y la promesa de los populares de "desenterrar" el Plan Hidrológico Nacional con trasvase del Ebro y todo.
¿Llenar el Sant Jordi?
Felipe González siempre dice que "un ex presidente es como un jarrón chino muy grande, que queda muy bonito pero que siempre está en medio". Alguien lo debió de pensar ayer en la dirección de campaña del PSC. Mientras el ex presidente del Gobierno reclamaba votos y más votos para convertir la marea socialista en una ola gigante que llevara al PSOE a la victoria, llegó la cita: "Espero que la ola llegue el día 6 de marzo a llenar el Palau Sant Jordi". Ah, revelación. El PSC sopesaba llevar a cabo el último gran acto de campaña en el pabellón olímpico de Badalona o en el Palau Blaugrana barcelonés.
Pero González ya dio el día D, la hora H y el dónde. Fuentes socialistas ven que es complicado llenar el Palau Sant Jordi, porque se precisan más de 20.000 personas, algo difícil incluso para artistas como Sting.
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