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'Cortocircuito' en la Biblioteca

Unas galerías ferroviarias hipotecan de nuevo el proyecto del centro provincial

Más problemas para la Biblioteca Provincial de Barcelona. El descubrimiento de una galería de servicios de la estación de Francia de difícil traslado en el solar cedido por la ciudad al Ministerio de Cultura -entre la estación y el paseo de la Circumval-lació-, ha paralizado de nuevo el proyecto.

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Vergüenza propia

Pese a que el convenio de cesión se hizo en abril de 2003 entre el Ayuntamiento y el ministerio, no ha sido hasta hace unos meses cuando la compañía Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) avisó al Consistorio de las dificultades para trasladar dichos servicios porque afectan al tráfico ferroviario, según reconocen fuentes municipales. La conveniencia de no tocar esa galería invalida unos 1.000 de los 5.223 metros cuadrados del solar destinados a la futura biblioteca. Se trata de una rebaja que no es compatible con las características que debe tener ese centro, supuesta joya de la corona del entramado bibliotecario barcelonés (que en el año 2010 llegará a 40 centros, sin contar la provincial), y que el delegado de Cultura de la ciudad, Jordi Martí, calificó ayer mismo de "cerebro de un sistema al que ha de dar más sentido y servicios".

En cualquier caso, el imprevisto es del calado suficiente como para hacer saltar de nuevo el calendario de ejecución de una obra pactada entre el Consistorio y el ministerio en 1997 y que desde entonces ha vivido un vía crucis de problemas y retrasos sólo comparables a la llegada del AVE.

La biblioteca iba a construirse en el Mercat del Born, ubicación que se descartó en octubre de 2002 por la aparición de restos del barrio destruido, después de la derrota de 1714, para construir la Ciutadella. Tras medio año de intenso debate, el Consistorio ofreció el solar junto a la estación de Francia. La proximidad de las vías y el hecho de que la entrada de la biblioteca se situaba frente al zoo comportaron que el espacio nunca fuera del agrado del ministerio, hasta el extremo de que emitió dos informes técnicos resaltando los inconvenientes de esa ubicación. Vinieron luego varios años de excavaciones, ya que, como era previsible, también allí había restos arqueológicos, en esta ocasión de la antigua muralla.

Ahora, responsables municipales de Urbanismo intentan aprovechar el contratiempo para mejorar el proyecto. Como el ministerio suele trabajar para bibliotecas provinciales con espacios de entre 5.000 y 6.000 metros cuadrados, el Consistorio tiene muy avanzadas las negociaciones con Adif a fin de ganar para el centro el actual aparcamiento de la estación, amén de parte de las instalaciones que la Universidad Pompeu Fabra tiene allí y que, en principio, abandonará en septiembre.

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Martí apunta que con esa operación la biblioteca ganaría entre 600 y 800 metros cuadrados, lo cual facilitaría una construcción de menor altura para lograr los 15.000 metros cuadrados útiles previstos. A esa ventaja se añadiría que el inmueble alcanzaría la avenida del Marquès de l'Argentera, donde podría ubicarse la entrada principal, más visible y junto al edificio de la estación, del siglo XIX. "Todo esto se acabará de perfilar en breve, y en 15 días lo tendrá el ministerio", opina Martí, que sentencia: "Hemos pasado de tener un mal terreno a tener uno muy bueno".

El director general del Libro y Bibliotecas del ministerio, Rogelio Blanco, aseguró ayer: "Si llegan los informes en breve, podríamos empezar las obras en 2009, pero exigiremos todas las catas arqueológicas pertinentes". Tal vez recordaba que el episodio del Born costó al ministerio casi seis millones de euros.

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