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El grupo textil Dresca, con 180 empleados, anuncia el cierre

La compañía de Navarcles suspendió pagos en 2006

Nuevo descalabro en el textil. El grupo Dresca, propiedad de Adrià Serra, ex presidente del Consejo Intertextil Español (CIE), la patronal del sector, ha anunciado el cese de su actividad. La empresa tiene una fábrica de hilatura de algodón y tintes en Navarcles (Bages), con 180 trabajadores.

El grupo, que incluye a cinco sociedades (Grup Textil Dresca, Drescafil, Drescadye, Drescacolor y Drescatrade) presentó un concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) en julio de 2006, con unas deudas de 10 millones de euros. "Es una lástima porque a finales del año pasado decidimos levantar el concurso, pero ahora han bajado los pedidos", explicaba ayer, afligido, Serra.

El propietario de la compañía no achaca el cierre a la competencia asiática, sino a la desaceleración del consumo y al encarecimiento de los costes energéticos.

"El mercado se ha reducido. En los meses de enero y febrero hemos tenido una caída de las ventas del 50%. Empieza a detectarse un problema de consumo que va más allá de algo coyuntural", vaticina Serra. Algunos de sus principales clientes son las empresas tejedoras de ropa deportiva Tavex, Santanderina y Royo.

Dresca cerró 2007 con una facturación de 17 millones de euros, frente a los 20 millones de 2006. Llegó a ingresar 40 millones de euros en el año 2000. El recorte de las ventas ha tenido su efecto en la plantilla. El medio millar de personas que llegó a emplear hace ocho años quedó en 250 en el momento de suspender pagos. Esa crisis la obligó a un adelgazamiento que se llevó por delante, el pasado mes de junio, la fábrica que el grupo tenía en Sant Joan de les Abadesses (Ripollès), con 65 trabajadores, perteneciente a la legendaria Espona, uno de los buques insignia del sector.

En cuanto a la inflación de los precios de la energía, "desde septiembre de 2005 hasta diciembre de 2007, el coste del gas ha aumentado el 135%", subraya Serra, lo que repercute en casi toda su factura energética, puesto que obtiene electricidad a través de una planta de cogeneración.

El propietario de Dresca asegura disponer de activos suficientes, valorados en 20 millones de euros, para pagar a acreedores y empleados: unas instalaciones con una superficie de 60.000 metros cuadrados en medio de Navarcles.

Se da la circunstancia de que el predecesor de Adrià en el CIE, Amadeu Cazador, se vio obligado a dejar su cargo debido a la crisis de su empresa, Tintes Viscolán, que acabó echando el cierre. Lo mismo le ocurrió en 1996 a Juan Antonio Sanfeliu, de Manufacturas Gassol.

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