Un reactor como el Empire State
Comienza en Francia la construcción del ITER, que ensayará la fusión nuclear
En paralelo y al compás. Así están trabajando todos los departamentos del primer reactor experimental de fusión nuclear, más conocido como ITER, que ha empezado a construirse en Cadarache (Francia). El mayor pedido de cable superconductor de la historia, la petición formal del permiso de construcción, el envío de la documentación sobre seguridad necesaria para una instalación nuclear, la explanación con maquinaria pesada y el comienzo de las obras para reforzar los accesos son algunas de las cosas que está poniendo en marcha el complejo entramado que sustenta este magno proyecto científico internacional. Hay que cumplir el calendario, según el cual en 2016 se producirá el primer plasma que permitirá, si todo sale bien, demostrar durante los 20 años siguientes que se puede extraer del reactor 10 veces más energía que la que se introduzca.
Se construye un nuevo itinerario para trasladar las piezas desde el mar
"Se puede asegurar que ya hemos pasado de la fase de diseño a la de construcción", explicó recientemente en Zaragoza, su ciudad natal, Carlos Alejaldre, director general adjunto para seguridad de la organización ITER. Sólo la construcción costará 5.000 millones de euros, pero este físico español ha encontrado un argumento para situar la elevada cifra en su justo contexto: "Es lo mismo que ha perdido Société Générale de France por culpa de una sola persona", comentó con una sonrisa en su intervención en un congreso sobre sistemas complejos. La misma cantidad que se invertirá en los 20 años de funcionamiento y los cinco previstos de desmantelamiento de la instalación.
Mientras se explana la zona de bosque mediterráneo donde se construirá el enorme complejo del reactor tipo Tokamak, que pesará lo mismo que todo el edificio del Empire State en Nueva York, la creciente población del ITER subsiste en unos barracones que han bautizado como Guantánamo. Ya son más de 200 científicos e ingenieros, de 33 países diferentes -de ellos nueve españoles- y para verano de este año serán más de 300. Para consolarse de su actual situación pueden contemplar el elegante diseño que ha ganado el concurso arquitectónico de los edificios no nucleares (las oficinas, el centro de visitantes, la cafetería y demás), del despacho de arquitectos Ricciotti-Bonhomme. Con el proyecto nació un colegio internacional para los hijos de los empleados. Ahora se prepara un segundo, colegio con capacidad para 1.000 alumnos.
El desarrollo de ITER es tan complejo que Cadarache se está convirtiendo en meca de los demás grandes proyectos científicos. "Es un experimento impresionante. Recibimos continuamente visitas de los responsables de proyectos internacionales para ver cómo lo estamos haciendo", comenta Alejaldre, quien explica que la seguridad puede considerarse el primer hito en la construcción del ITER.
"ITER está considerado una instalación nuclear de base, como el CERN, por ejemplo, según la legislación francesa. Tiene que seguir un protocolo muy estricto para conseguir la licencia para operar. Hay que suministrar todos los datos del experimento, la tecnología que se va a utilizar, el análisis de riesgos, el impacto, posibles accidentes. Es un proceso difícil y complicado y los próximos meses los pasaremos discutiendo con los expertos franceses. Este proceso, en el que acabamos de presentar la documentación básica necesaria, es un elemento clave para el proyecto".
De los socios de ITER -Europa, China, India, Japón, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos- sólo este último país ha tenido problemas de dinero en su contribución al proyecto hasta ahora. Sin embargo, los responsables de ITER no están preocupados, creen que el problema en el presupuesto se arreglará este mismo año y que Estados Unidos, que ha mantenido sus actividades, cumplirá con su aportación. Está previsto que cada uno de los socios realice casi toda su contribución en especie, lo que quiere decir que a todos les interesa mucho desde un punto de vista industrial mantenerse en el proyecto. Todas las partes tienen ya creada la agencia doméstica que se encargará de organizar su contribución al proyecto, incluidos los recursos humanos. La agencia europea está en Barcelona, como compensación a que España quiso albergar la sede central de ITER y cedió en favor de Francia. La puesta en marcha de las agencias domésticas, que son organismos nuevos, sí va un poco retrasada, especialmente la china. "La construcción no se va a retrasar, lo que sí se puede retrasar un poco es el suministro por parte de los socios de algunos elementos", matiza Alejaldre. Las empresas españolas se preparan también para presentarse a los concursos que se están convocando, para ingeniería de construcción, suministro de piezas y demás.
A lo largo de 2007 se ha hecho la revisión técnica del diseño del reactor, que databa de 2001, con participación de más de 200 expertos. En el próximo consejo de ITER en junio de 2008 se van a presentar las posibles modificaciones en los recursos necesarios para la construcción y en el calendario y estos cambios tendrán que ser refrendados por los socios.
Mientras tanto, se ha iniciado también la obra faraónica, ya bautizada como itinerario del ITER, para adecuar los accesos, que es responsabilidad de Francia y costará 100 millones de euros. Implica reforzar algunos tramos y modificar otros de la ruta desde Berre Létang, en el Mediterráneo, a Cadarache, por la que durante la construcción subirán continuamente enormes convoyes a una velocidad bajísima. El problema es el gran peso y tamaño de muchas de las piezas a transportar, algunas de las cuales pesan tres veces más que las más pesadas de un avión Airbus 380. Cada uno de los nueve componentes de la vasija de vacío, el corazón del Tokamak, representa nada menos que 600 toneladas. En total, este elemento pesa tanto como la torre Eiffel.
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