Medio Ambiente crea alarma con un falso anuncio de cortes de agua
La ACA desautoriza a un directivo que avisó de restricciones para abril
Enredo en la Agencia Catalana del Agua (ACA). El directivo responsable de los recursos hídricos, Jordi Pastor, anunció por la mañana que las restricciones empezarían en abril. Por la tarde, el organismo desautorizó a Pastor y esbozó un confuso panorama para después de marzo. En abril, confirmó la ACA, se prevé que las cuencas entren en situación de emergencia si antes no llueve. Pero tal estado no implicará "restricciones domésticas", aseguró un portavoz del ente. En su lugar, la Agencia anunció nuevas medidas de "eficiencia y ahorro", que hará públicas mañana. Pastor, pese a su labia matinal, no atendió las llamadas de este periódico.
El embrollo surgió en una intervención de Pastor en Catalunya Ràdio sobre el volumen de los embalses catalanes. "Las reservas nos llevarán a hacer restricciones a las redes de abastecimiento supramunicipal [...] a partir de abril", declaró Pastor. Lo dijo, la ACA se retractó y, finalmente, la entidad matizó las consecuencias de tal situación de emergencia. Ésta implica que la ACA reduzca la dotación de agua que habilita a cada municipio, siendo éste el que decida cómo cubre sus necesidades hídricas con menos recursos. La situación, admitieron fuentes del ACA, sí puede implicar que los municipios que lo decidan apliquen restricciones domésticas. Es el caso de Figueres (Alt Empordà), que el pasado lunes ya avanzó que cerrará los grifos, de diez de la noche a seis de la mañana, a partir de agosto siempre que las condiciones no mejoren.
Embalses pesimistas
El desliz evidencia que se cumple el guión más pesimista. Tras año y medio sin lluvias relevantes, las tres gotas que cayeron ayer en Cataluña no evitaron que los embalses sigan vaciándose. Su volumen estaba ayer en el 23,3%, la mitad de la cantidad embalsada hace un año. A estas horas, será ya un poco menos. "Es un descenso ligero, pero que se registra día a día", comentó un responsable de la ACA.
La cuenca más perjudicada es la del Ter-Llobregat. Este sistema que nutre el área metropolitana de Barcelona, además de Girona y otros 400 municipios, se encuentra al 22,45% de su capacidad. El del Ebro, que riega parte del área de Tarragona y Lleida, se sitúa en el 23,5%.
Tras meses de frente común, la sequía empieza a aflorar divisiones por el agua. La Diputación de Girona aprobó ayer por unanimidad una moción que reclama no trasvasar más agua del Ter al área metropolitana de Barcelona, informa Natalia Iglesias. Todos los grupos, liderados por CiU, exigieron mantener el caudal necesario, que la ley fija en tres metros cúbicos por segundo, para no afectar el curso del río. A instancias de la ACA, el cauce del Ter está actualmente en una tercera parte. La agencia explicó que prevé actuaciones para afrontar la situación.
El episodio de Pastor remite a otro del pasado mes de noviembre. Entonces, el Ayuntamiento de Barcelona tuvo que desmentir otro malentendido sobre el agua. En esa ocasión, la Agencia de Salud Pública dijo que el agua del Llobregat podía tener efectos cancerígenos. El Ayuntamiento desmintió a su agencia y pidió disculpas el día siguiente.
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