Potencia sin consumo
Este minicupé se basa en la Serie 1, pero aporta una personalidad propia que lo distingue de sus hermanos. Tiene una posición de conducción baja, pero ergonómica, y unos mandos muy precisos que reflejan su calidad. Aporta avances como el kit ecológico Efficient Dynamics, que incluye la función Start & Stop de parada automática en los semáforos, recupera la energía de los frenos... Y aunque es un deportivo muy rápido y seguro, aprovecha al máximo el combustible.
Superdiésel biturbo de 204 CV
El 123d estrena el motor 2.0 turbodiésel más potente del mercado. Tiene dos turbos, uno pequeño que actúa más a bajo régimen y otro mayor que ayuda a altas revoluciones. Y rinde nada menos que 204 CV con un par o fuerza de empuje de 400 newton/metro y unas emisiones de 138 g/km de C02 inferiores a las de muchos utilitarios. Pero lo más meritorio es que culmina su eficiencia con prestaciones de purasangre: alcanza 100 km/h. en siete segundos y anuncia 238 km/h.
Las cifras sorprenden, pero impacta más su elasticidad y poderío. Responde con nervio desde el ralentí, sube de régimen con rapidez y se estira sin esfuerzo por encima de 4.500 vueltas. La caja manual de seis marchas está muy bien escalonada y culmina una conducción tan fácil y agradable que hace olvidarse del cambio, incluso en ciudad: se recupera siempre sin el menor titubeo. Y confirma sus prestaciones con aceleraciones fulgurantes, adelanta en un suspiro y no nota las subidas.
El sistema Start & Stop evita consumir en los atascos: para el motor y vuelve a arrancar al pisar el embrague. Y provoca otra gran sorpresa, porque apenas gasta cinco litros en conducción tranquila y cuesta pasar de siete apurando las marchas e incluso en ciudad.
Boletín
Muy ágil y seguro
El 123d mantiene el óptimo reparto de pesos de BMW -motor delante y propulsión atrás- e incluye ESP y un autoblocante electrónico que mejora la tracción. La unidad de pruebas llevaba el kit M (2.435 euros con tapicería de cuero), que suma una estética y suspensión más deportivas, y ruedas de 18 pulgadas -las traseras, más anchas- que mejoran la estabilidad. Pero, al contrario que las de serie, de 17 pulgadas, no permiten montar cadenas.
Con esta base y la dirección activa (1.506 euros) ofrece un comportamiento muy eficaz y un confort aceptable, incluso en viajes largos. Pero sobre todo circula con la consistencia de un coche grande y tiene unos mandos y reacciones impecables que hacen disfrutar la conducción. En zonas viradas obedece al instante en cuanto se insinúa el trazado, no balancea y es tan ágil que se conduce con dos dedos. Y en carreteras rápidas y autopistas viaja pegado al suelo con la estabilidad y aplomo de una buena berlina. El resultado es una conducción a la altura del mejor GTI, con una seguridad impecable y unos frenos potentes y resistentes.