Geografía de la protección social
Existen datos incontestables, la economía española ha crecido en los últimos años a tasas de variación anuales muy superiores a los promedios europeos. Y dentro de este contexto, en los últimos ejercicios trimestrales la economía gallega se ha comportado mucho mejor que la economía española. La consecuencia de esta dinámica es que aquella explicación por la que se decía que la España mediterránea crecía más que la atlántica o que el arco del Ebro presenta tasas de crecimiento más intensas que otras zonas de la península comienza a estar en entredicho.
Algunas autonomías han empezado a formular políticas económicas con rigor, y fruto de dichas concepciones se ha reducido la brecha existente entre las regiones ricas y las menos ricas. La convergencia resulta más intensa para aquellas áreas que han definido correctamente sus acciones de política económica. Las fuertes inversiones en capital físico, humano y tecnológico son la base de este nuevo posicionamiento de las comunidades autónomas. Galicia que partía de posiciones más rezagadas y distantes de los promedios nacionales ha conseguido que la inversión en capital físico (infraestructuras preferentemente) y en actividades directamente productivas (capital empresarial) haya estimulado el crecimiento.
En Galicia un 30% de la población cuenta con cobertura de la Seguridad Social
De la misma forma, la mayor dedicación al capital humano (formación) ha mejorado la eficiencia y la productividad de nuestra aparato productivo; y la mejora constante, aunque todavía en tasas muy bajas, de la inversión tecnológica (el denominado I+D+i empresarial) tendrá que coadyuvar a convertirnos en más competitivos y mejorar nuestro posicionamiento externo.
Pero, además de estas realidades, los últimos datos sobre la población protegida por las prestaciones de la Seguridad Social también contribuyen a modificar los mapas regionales. De una parte, en Madrid, a pesar de ser la comunidad autónoma que más crece y más contribuye a la riqueza nacional, sólo el 18% de sus habitantes tiene algún tipo de cobertura de la Seguridad Social, ya sea a través de las pensiones contributivas, de la protección por desempleo, prestaciones de orfandad o asistenciales. Y por el contrario, Asturias ocupa el primer puesto en cobertura y en gasto por ciudadano (cien euros más que un madrileño).
Ciertas regiones están por debajo de la media nacional en cuanto a porcentaje de la población protegida (estimada en el 23,24%) y en cuanto a gasto en prestaciones de la Seguridad Social por habitante (estimado en 159,98 euros mensuales). Si recogemos la foto fija que proporciona el último informe de la Seguridad Social podemos afirmar que los niveles de protección dividen a España en tres partes.
En la franja del norte que, con excepción de La Rioja, comprende desde Galicia a Cataluña el porcentaje de población protegida y de gasto por ciudadano es superior a la media española. Dentro de este grupo, son Cantabria y Galicia las que mejor ratio presentan.
La segunda área territorial es la que abarca la zona interior y mediterránea, que mantiene unos porcentajes de población protegida y de gasto por ciudadano inferiores a los promedios españoles. Y la tercera zona es la correspondiente al sur y al este, esto es, Andalucia y Extremadura, que con porcentajes de población protegida inferiores a la media nacional superan en gasto por ciudadano el promedio estatal, debido a las prestaciones por desempleo procedentes de los subsidios agrícolas.
Galicia es, junto con la región asturiana, el área donde los porcentajes de población protegida por la Seguridad Social son más altos (30% y 31%, respectivamente). Cerca de un tercio de la población está amparada por algún tipo de cobertura, ratios más elevados que los de Cataluña (24%), Valencia (21%) o Madrid (18%). La razón de esta amplia cobertura radica en el proceso de envejecimiento de la población y en las pensiones contributivas que se generan durante la vida laboral, que en los casos de Galicia y Asturias son reflejo de las consecuencias de las reconversiones agrarias, pesqueras e industriales. Ello no quiere decir que las pensiones medias recibidas en Galicia sean superiores a los promedios españoles, pues la pensión media gallega es todavía el 83% de la media nacional.
En suma, Galicia va haciendo sus deberes. Crece económicamente y protege socialmente más que la media nacional y esto hay que decirlo; o sea, está muy bien.
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