"Ahora, que nos den la sangre"
La UCI y la AMA reclaman las bolsas de la Operación Puerto en un laboratorio de Barcelona
"¡Bien!", exclamó en Aigle (Suiza) Pat McQuaid, tan contento como un niño al que su madre acaba de decirle que tiene espaguetis con tomate para comer. "¡Bien! ¡Bien!", le hicieron eco desde Lausana y Sidney, respectivamente, Jacques Rogge y John Fahey. Así reaccionaron a la reapertura de la Operación Puerto (OP), clónicos, el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y sus homólogos en el Comité Olímpico Internacional (COI) y en la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). "Ahora", continuaron, "podremos llegar al fondo del asunto". Y los tres, a continuación, emitieron el mismo deseo: "Y ahora, que nos den la sangre. Queremos saber de quién son en realidad las bolsas. Queremos saber si Alejandro Valverde está pringado. Queremos sancionar. Queremos cerrar el capítulo".
Los organismos antidopaje piden la sangre que se atribuye a Valverde Mientras siga abierta la investigación, el juez no permitirá el uso de las pruebas
Destruido Jan Ullrich (Alemania), sancionado Ivan Basso (Italia), en Valverde (España), en el corredor del Caisse d'Épargne, simbolizan los poderes deportivos y antidopaje mundiales todos los flecos sueltos de la OP. Próximamente se verá en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), también en Lausana, la demanda de la AMA y la UCI contra el murciano. La pieza clave de convicción que van a solicitar vía TAS es la bolsa de sangre que le atribuyen. Un ADN acabaría con las dudas.
Su problema es que las necesidades de la justicia española, personificada en el juez Antonio Serrano, que instruye la OP, consisten en probar si Eufemiano Fuentes y José Luis Merino Batres han cometido un delito contra la salud y no dilucidar si la sangre congelada pertenece a tal o cual ciclista, un asunto secundario. Por eso, según fuentes jurídicas consultadas, mientras siga abierta la investigación penal será muy complicado que el juez permita a un órgano privado, como es una federación, una prueba para utilizarla en un procedimiento administrativo. O así ha funcionado hasta ahora.
Por eso, seguramente la persona más envidiada por los presidentes del deporte mundial es Jordi Segura, director del Laboratorio Antidopaje de Barcelona, el único que, por así decirlo, tiene un plato de espaguetis sobre la mesa. En las cámaras frigoríficas de su instituto, Segura conserva 99 bolsas de plasma procedentes del gabinete de Fuentes que le envió la Guardia Civil para que las analizara. Hombre de ciencia y también miembro de la Comisión Antidopaje del COI, a Segura no le apasiona tanto el nombre que se esconde tras la muestra que analiza como el desafío de extraer de la gota de sangre todos sus secretos.
La pericia, incluida en el sumario de la OP, le ha supuesto al laboratorio barcelonés, municipal, un gasto aún no reembolsado, pero también, como se puede comprobar leyendo su publicación en la revista científica Haematologica, la posibilidad de investigar una técnica pionera para la detección de EPO recombinante, artificial, en muestras de sangre. "Es un nuevo método de inmunopurificación", dice; "lo tuvimos que poner en práctica porque el método de detección en orina no nos valía para el plasma por la gran cantidad de proteínas que podemos hallar. Después de nosotros lo ha utilizado el laboratorio de París. Lo hemos publicado como muestra de que lo acepta la comunidad científica. Es una validación internacional que quisimos lograr en previsión de que se reabriera la Operación Puerto".
La inmunopurificación, más allá de permitirle encontrar EPO sintética en ocho de las bolsas de sangre -"las ocho en que la buscamos directamente después de medir el nivel de EPO total en las 99: sólo buscamos la recombinante en aquéllas que tenían una concentración de EPO mayor que la norma", dice Segura- y de probar, por tanto, que antes de la extracción de sangre para su centrifugación -obtención de glóbulos rojos-, almacenamiento y posterior transfusión los deportistas se sometían a una cura de EPO, le ha permitido a Segura aportar una nueva arma al arsenal antidopaje. "La posibilidad de hacer análisis de EPO en sangre servirá así para detectar autotransfusiones, lo que aún no es posible", dice Segura; "y también valdrá para luchar contra el fraude y la manipulación, como es el uso de las proteasas
[los famosos polvos de la madre Celestina de la farmacopea de Eufemiano] para diluir las proteínas y velar la presencia de EPO en orina".
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