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Reportaje:

La escuela del "no va más"

El futuro casino de Castellón prepara a sus crupieres

María Fabra

No es cosa de las películas. El "hagan juego, señores" es un formalismo que todos los crupieres han de pronunciar antes de iniciar un juego de casino. Estarán un máximo de 45 minutos en cada mesa y descansarán otros 15 para poder mantener la atención y la agilidad que precisa la profesión.

Así lo están aprendiendo los alumnos de la Escuela de Crupieres del Gran Casino Castellón, instalación que abrirá sus puertas la próxima primavera. Son, sobre todo, gente joven, incluso estudiantes y, la mayoría de ellos, con una formación académica que nada tiene que ver con este trabajo. "Han de ser hábiles manual y mentalmente", señala Josep Dos Santos, subdirector del casino, que también hace de profesor y supervisor de una escuela en la que no todos entran. Se realiza una preselección aunque como requerimientos, además de las citadas habilidades, solo se exige simpatía, relativa buena presencia, cortesía y saber estar.

"Han de ser hábiles manual y mentalmente", dice el subdirector

Lo primero que aprenden es a manipular las fichas hasta saber amontonarlas, contarlas y barajarlas con una sola mano. Reciben información teórico-técnica y algunas nociones de psicología para saber afrontar una mala reacción de un jugador. Después de diez días de prueba, comienza el curso en serio. El resto del tiempo, hasta alcanzar los cuatro meses de formación, lo pasan en las mesas, practicando con las fichas, las cartas, la ruleta y haciendo cálculos de las sumas de las apuestas y de la puntuación de cada naipe. No todos valen para todo. Han de conocer las reglas de todos los juegos pero, dependiendo de la destreza de cada uno, los profesores los especializan en un par de juegos. Hay juegos de contacto directo con la gente, que suelen ser los de naipes, y otros que no precisan ser demasiado extrovertido, como las ruletas.

Para realizar las "prácticas" utilizan mesas de escuela, fotocopias de billetes y fichas de otros casinos de la época de la peseta. "No va más", han de sentenciar una vez formalizadas las apuestas. Tras los meses de formación, una veintena de alumnos ya se encuentran en el casino que el grupo Orenes tiene en Murcia para perfeccionar su aprendizaje en contacto directo con los jugadores. Habrá 140 empleados de juego en el Gran Casino de Castellón, que contará con una oferta de dos mesas de ruleta francesa y ocho de ruleta americana, tres mesas de black jack, tres de póquer sin descarte, cuatro de póquer de círculo, una de punto y banca y una sala con 75 máquinas de azar. El casino tendrá más de 4.000 metros cuadrados, de los que 2.000 serán de la zona de juego.

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