Nieva sobre mi corazón
Existe un tópico crítico asociado a la actividad incesante de algunos cineastas veteranos: se habla, entonces, de la irrefutable juventud de carreras octogenarias o nonagenarias. Casos como el de Alain Resnais demuestran que, en ocasiones, el tópico está cargado de cierta verdad: lejos de acomodarse en la autoindulgencia, el autor sigue hallando estímulos en zonas insospechadas que subrayan, una y otra vez, su feliz condición de consumidor cultural omnívoro y antijerárquico. En Asuntos privados en lugares públicos, el cineasta vuelve a Alan Ayckbourn -cuya obra Intimate exchanges (1982) ya había inspirado Smoking / No Smoking (1993)- para impartir otra lección de generosidad cargada de sentido: Resnais se pone al servicio de la combinatoria de relaciones diseñada por el dramaturgo en forma de laborioso entramado de 54 microescenas... y el resultado es, a la vez, puro Ayckbourn y puro Resnais.
ASUNTOS PRIVADOS EN LUGARES PÚBLICOS
Dirección: Alain Resnais.
Intérpretes: Sabine Azéma, André Dussolier, Pierre Arditi, Laura Morante. Género: comedia. Francia-Italia, 2006. Duración: 120 minutos.
En el programa de mano del montaje original de Private fears in public places, estrenada el 17 de agosto de 2004 en el Stephen Joseph Theatre de Scarborough, Ayckbourn recordaba un diálogo con Resnais sobre proximidades y sintonías creativas a pesar de las diferencias de estilo y contenido de sus respectivas trayectorias: "Él observó con perspicacia que, mientras su aproximación a las películas solía realizarse en términos de montaje teatral, yo tendía a aproximarme a los montajes teatrales como si fueran películas". La más cinematográfica -por estructura y dramaturgia atomizada- de las obras de Ayckbourn ha inspirado una película empeñada en subrayar su artificio y su procedencia teatral: el círculo se cierra con un sorprendente juego de espejos.
Los seis personajes de Asuntos privados... son como cuerpos celestes moviéndose en un universo helado: el azar crea, de repente, la posibilidad de una unidad superior, de un sistema de relaciones que, finalmente, se disgrega con la misma facilidad con que ha sido esbozado. Ayckbourn y Resnais componen un mosaico de soledades atravesado por la melancolía, pero movido, también, por la inquebrantable voluntad de supervivencia del ser humano, ese sujeto -sublime y ridículo a la vez- que sabe que el presente es una fantasmagoría esquiva entre los ecos del pasado y las incógnitas del futuro. Obra mayor que no parece consciente de serlo, Asuntos privados en lugares públicos confirma el tópico: Resnais conserva la energía, el brillo formal y la capacidad de sorprender del debutante.
![André Dussolier y Laura Morante, en <i>Asuntos privados en lugares públicos.</i>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QNEFLK7E5NMFDMFLZ4X2GCAA5Q.jpg?auth=c9a2844aa0ec46962d739b34eb2fbc62d5c1fdd73a4937530e5713b21ed1c031&width=414)
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