Transportes proyecta una segunda línea circular de metro por el colapso de la actual
Es la más transitada, una de las más antiguas -con más de 30 años a sus espaldas-, la que sufre más averías y la que provoca más quejas de los viajeros. La circular de Metro (la línea 6) es como la M-30 del suburbano madrileño, la gran carretera en la que desembocan otras 11 líneas y por la que transitan más de 600.000 viajeros diarios, la cuarta parte de todos los que usan el suburbano. Está "absolutamente al máximo", según reconoció ayer el viceconsejero de Transportes, Luis Armada, que considera "imprescindible y vital" un refuerzo en forma de M-40 subterránea.
Aunque los datos cantan y la línea 6 necesita un alivio más que ningún otro trazado en la red, la construcción de esa segunda circular no será una realidad a corto plazo, sino más bien un "plan de futuro" con la vista puesta en 2020.
El viceconsejero de Transportes presentó ayer parte del nuevo recorrido dibujado con trazo gordo, un "esquema general" para "reforzar los trazados transversales" a partir de la ampliación de la línea 11 al barrio de La Fortuna, en el municipio de Leganés. Armada expuso la propuesta en un desayuno informativo del diario Expansión. Mostró una circunferencia inacabada que uniría los barrios de Campamento con Cuatro Vientos (ambos en el distrito de Latina); de ahí a Carabanchel Alto, con un nuevo trazo hasta Ciudad Lineal, y desde ahí por el norte de la capital hacia Ciudad Universitaria, en el distrito de Moncloa-Aravaca.
El desdoblamiento de la línea circular es una vieja promesa del Gobierno regional de Esperanza Aguirre que ha sufrido modificaciones y olvidos. En mayo de 2005, la entonces consejera de Transportes, María Dolores de Cospedal, anunció una "línea cremallera" de 25,6 kilómetros de trazado exterior a la actual línea 6 y con conexión con las 10 líneas del centro. La propuesta tenía como horizonte el año 2010 y un presupuesto estimado de 1.871 millones de euros. Quedó en agua de borrajas. "Se han presentado estudios en el Consorcio de Transportes en muchas ocasiones", reconoció ayer el viceconsejero.
El único plan a corto plazo para mejorar la línea 6, con 23 kilómetros y 27 estaciones, es la sustitución de la catenaria, el sistema que lleva el fluido eléctrico a los trenes. La reforma costará 25 millones de euros. Aunque Transportes aún no ha ultimado el calendario de la obra, sí ha anunciado que si hace falta una suspensión del servicio se hará durante el verano mediante cortes por tramos. Aunque sean cortes parciales se trata de la línea más transitada y hace ya años que julio y agosto dejaron de ser meses exclusivos de vacaciones.
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