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El tribunal aplaza el juicio por el 'caso del ácido bórico' hasta después de las elecciones

Teoría de la conspiración: parte segunda. Las acusaciones en el caso del ácido bórico aprovecharon las cuestiones previas de la vistilla sobre este asunto celebrada ayer en la Audiencia de Madrid para tratar de revitalizar la teoría -carente de base- según la cual ETA y funcionarios policiales estuvieron detrás del 11-M.

El abogado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Juan Carlos Rodríguez, empleó frases del tipo "queremos saber..." y, además, trazó paralelismos entre este asunto y el juicio por el atentado del 11-M, ya juzgado en la Audiencia Nacional sin que haya aparecido ningún rastro de ETA. Tras analizar las cuestiones previas planteadas por las partes, el tribunal decidió aplazar hasta el día 25 de marzo su decisión sobre si los inculpados en este caso -cuatro jefes de la Policía Científica- deben sentarse -o no- en el banquillo.

El tribunal, que preside Alberto Jorge Barreiro, pospuso el juicio a la espera de conocer los fundamentos de una sentencia del Tribunal Supremo que condena a un año de inhabilitación al ex presidente del Parlamento vasco Juan María Atutxa. Éste se sentó en el banquillo con la única acusación del sindicato Manos Limpias.

Los abogados de los jefes policiales sostienen que éstos no deben ni siquiera sentarse en el banquillo porque ni el fiscal ni la acusación particular les acusan. Quieren que se les aplique la doctrina Botín (otra sentencia del Supremo que libró del banquillo al presidente del Santander porque no le acusaban ni el fiscal ni la acusación particular). Los abogados que acusan a los policías (de la AVT, de una asociación de ayuda a víctimas del 11-M que subvenciona Esperanza Aguirre y el del sindicato Manos Limpias) son acusación popular, no particular. "Quieren instrumentalizar este juicio para recuperar la teoría de la conspiración", destaca José Antonio Choclán, abogado de los jefes policiales. Éstos se enfrentan a penas de entre cuatro y seis años de cárcel por supuestamente haber alterado un informe hecho por dos peritos en el que relacionaban a ETA con el 11-M. Tal vinculación la basaban en unas muestras de ácido bórico halladas en casa de unos etarras en Salamanca, en 2002, y en el piso de un implicado en los atentados del 11-M, en 2004.

El ácido bórico es una sustancia matacucarachas que también se usa como desodorante.

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