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Necrológica:PEDRO GILABERT | Escultor 'naïf'
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

El andaluz anónimo que hizo arte con una rama de olivo

El escultor almeriense Pedro Gilabert, capaz de convertir en una pieza de arte naïf algo tan cotidiano como una rama de olivo, falleció el pasado 6 de febrero, a los 92 años.

El escultor almeriense Pedro Gilabert, capaz de convertir en una pieza de arte naïf algo tan cotidiano como una rama de olivo, falleció el pasado 6 de febrero, a los 92 años. El artista, conocido por los lugareños de Arboleas (Almería) como El tío Pedro, pereció en el mismo domicilio del paraje de Las Huevanillas donde arrancó su carrera escultórica cuando contaba ya con 63 años. Obligado a esa edad a regresar del exilio que le llevó de Madrid a Girona, primero, y de Argentina a Francia, después, donde trabajó como albañil, Gilabert descubrió por casualidad su pasión por el arte.

Desconocedor de las más básicas técnicas de la escultura, su universo creativo comenzó a gestarse en su pequeño corral, donde creaba juguetes de madera para sus nietos y arados en miniatura. Utilizaba materiales de su entorno, sobre todo ramas de olivo, que modelaba con herramientas rudimentarias. Con su marcada intuición artística y su habilidad única para dotar a sus obras de inconfundibles rasgos naïf, Gilabert talló más de 3.000 arados, más medio millar de esculturas con temáticas tan dispares como la religión o el sexo. Pasión, ingenuidad, primitivismo, rigidez en las formas, expresividad en los rostros y hasta ciertos toques precolombinos son algunos de los rasgos del trabajo de este hombre solidario, amable, constante y creativo.

Recibió en 1989 la Medalla de Plata de Andalucía, por ser "exponente de tantos otros andaluces anónimos sometidos a los avatares de una vida difícil". Además, el pueblo que le vio nacer en 1915 abrió hace cuatro años el Museo Pedro Gilabert, que expone 142 de sus esculturas.

Pedro Gilabert, con algunas de sus esculturas, en su casa en 1990.
Pedro Gilabert, con algunas de sus esculturas, en su casa en 1990.CRISTÓBAL MANUEL

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