El Barça se enfanga ante el Sevilla
Xavi rescata un punto frente al equipo andaluz, que perdonó en la primera mitad pese al gol de Capel
El Barça y el Sevilla intentaron recordarse en un duelo en la cumbre y tan sólo lo consiguieron a medias. El tembleque se notó ayer en los banquillos. Aunque el empate no satisface a ninguno, es lo que se merecieron los pupilos de Manolo Jiménez y de Frank Rijkaard. Una igualada que se recibió con alborozo en Chamartín, donde el Madrid puede incrementar estar tarde, ante el Valladolid, su ventaja de cinco a ocho puntos. El Barcelona se podrá escudar en que llegó plagado de bajas, con el equipo dictado por las circunstancias.
A Rijkaard le tocaba día de batuta. El holandés parece más habilidoso para gestionar temporadas que partidos concretos. Quizá por eso se le cortó el mejunje al poco de servirlo. La experiencia de la Copa del Rey frente al equipo andaluz fue buena para el Barcelona, más que nada porque había sido capaz de eliminarlo con una versión fea, a la que parece condenado el conjunto blaugrana en esta temporada. Pero Rijkaard debió de tiritar más de lo que se pensó porque anoche, a las obligaciones que le imponían lesiones, jet-lag y sobrepesos, dibujó un equipo que se preocupaba en exceso por los atributos del conjunto sevillista, al tiempo que ignoraba peligrosamente otros.
SEVILLA 1 - BARCELONA 1
Sevilla: Palop; Alves, Escudé, Dragutinovic, Adriano; Navas (Maresca. m. 83), Poulsen, Keita, Diego Capel; Kanouté (Renato, m. 64) y Luis Fabiano. No utilizados: De Sanctis; Duda, Lolo, Maresca, De Mul y Kerzhakov.
Barcelona: Valdés; Oleguer, Thuram (Márquez, m. 46), Milito, Abidal; Xavi, Edmilson (Ronaldinho, m. 46), Iniesta; Giovani, Messi y Henry (Gudjohnsen, m. 57). No utilizados: Pinto; Espasandín, V.Sánchez y Vázquez.
Goles: 1-0. M. 34. Capel remata en el segundo palo un centro de Navas. 1-1. M. 75. Xavi puntea un pase de Messi.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Expulsó a Keita (m. 77) y amonestó a Milito, Iniesta, Abidal Messi, Luis Fabiano y Dragutinovic.
45.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
Henry consiguió embridar un poquito a Alves en su zona. Y hasta le cargó con una tarjeta. Eso sí, nadie impidió al brasileño correr la banda para asistir al hasta entonces inédito Navas, que chutó raso para que la empujara a gol Diego Capel, más solo que la una. La defensa visitante se confió en el momento menos oportuno. El progreso de Capel como jugador, constante como nadie, que ya hizo sus pinitos en el Mundial sub 21, tuvo su momento más álgido en el enfrentamiento copero contra los azulgrana. Un progreso que el joven ex canterano de La Masía subrayó con un gol de escuela. Desde las primeras carreras, quedó claro que Oleguer, al que le sienta mejor el escudo que la camiseta, no podría parar casi nunca al joven de carrera cabizbaja.
Aún así, quizá fue más pernicioso para el Barcelona la posición de Messi, centrado, obligado a correr decenas de metros para pedir el balón y exactamente las mismas para colocarse en los espacios en los que su fútbol puede decidir. Demasiado desgaste, demasiada frustración para un rayo, que es algo que puede iluminar una noche, pero jamás se le puede responsabilizar del alumbrado.
El Sevilla salió precavido. Las dudas ya esenciales en esta temporada sobre la naturaleza y hasta las aspiraciones de su juego, se tomó unos minutos para ver cómo llegaban de doloridas sus estrellas africanas de su campeonato continental. Antes del gol dispusieron de varias ocasiones que únicamente no acabaron en la red por lo bueno que es Valdés. Después del gol, empezaron a dejar ir el partido.
Con Ronaldinho y Márquez sobre el campo, el Barcelona recuperó la memoria y el juego, carente del brillo que tuvo temporadas atrás. Entre que Jiménez mandó el regreso a la caverna en cuanto pudo y el Barça -a pesar de contar con el espectro de Ronaldinho en sus filas- recuperó alguna de sus virtudes, Xavi logró el empate en otra de sus características llegadas desde atrás.
El partido aún ofreció una retahíla de faltas mal ejecutadas por Ronaldinho, la expulsión de Keita y una cabalgada impresionante de Diego Capel. Pero ninguno de los equipos pudo ganar. No hubiera merecido un premio tan exagerado.
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