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Reportaje:

El árbol de Mari Luz

La policía investiga las múltiples ramificaciones de los casos de desaparición

La investigación policial para encontrar a Mari Luz Cortés podría tener su propia imagen metafórica: un árbol. De un hecho concreto, la desaparición de la niña onubense el 13 de enero, crecen en forma de ramas múltiples hipótesis sobre lo que le pudo pasar. Ramas que, en todo caso, hay que ver adónde llevan.

"Lo que hacemos es organizar varios grupos de trabajo y a cada uno se le encomienda distintos vectores de la investigación. Otro grupo va coordinando qué va saliendo de uno y otro y ampliando las informaciones", explica José María Tocornal, inspector jefe de Seguridad Ciudadana en Huelva y uno de los responsables de la investigación del caso. "Hay que llegar al final de cada una de esas ramas y así se van descartando vías de investigación o profundizando en ellas".

"Cualquier cosa que apoye una hipótesis hay que investigarla hasta el final"
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Tras los pasos perdidos

Uno de los caminos de investigación más sólidos se basa en lo dicho por un testigo que asegura haber visto cómo un adulto obligaba a una niña pequeña parecida a Mari Luz a subir a la fuerza en una furgoneta en el barrio donde vivía la menor, El Torrejón. "Es una información que hay que seguir. Por eso damos todos los pasos para encontrar posibles nuevos testigos que nos digan qué dirección tomó la furgoneta, de qué furgoneta se trata, quién es el propietario... Hay que ir paso a paso hasta llegar a una idea clara de lo que pasó aquella tarde". Además de esta persona que vio la escena, la policía cuenta también con el testimonio de otro testigo que sitúa a la niña por la misma zona minutos antes de que se produjese ese presunto rapto.

En todo caso, en la investigación por Mari Luz los responsables han repetido que todavía no se puede descartar ninguna hipótesis. "Por qué vamos a descartar el secuestro, o que un loco se la haya podido llevar, o que fuese víctima de un tema de pederastia o que, incluso, se la haya llevado una señora que no puede tener hijos. Cualquier cosa que pueda apoyar una hipótesis hay que investigarla y seguirla hasta el final", recalca Tocornal.

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Eso supone que todas las pistas hay que verificarlas o descartarlas. Incluyendo las cientos de llamadas que se reciben con gente que cree que puede aportar datos. "Si una señora llama y dice: "En mi bloque había el otro día una señora llorando y escuché que decía: 'Cállate, Mari Luz'. Lo más normal es que allí viva una niña que se llame Mari Luz y que sea su hija. Pero hay que comprobarlo. La policía tiene que desplazarse hasta el lugar, hacer llamadas, hablar con gente, comprobar que allí vive una niña que se llama Mari Luz... Eso requiere tiempo y personas para hacerlo. Pero hay que hacerlo", destaca Tocornal.

La basura también se ha examinado exhaustivamente. "Alguien ha podido deshacerse de pruebas. Rápidamente acotamos todas las basuras que se tiraron el mismo día y, posteriormente, la investigamos en la planta de residuos urbanos de Villarrasa".

Todo este enjambre de investigaciones empieza en el momento en que se recibe la denuncia de que alguien ha desaparecido. "En el caso de la desaparición de Mari Luz, por ejemplo, se denunció el domingo 13 por la tarde, en torno a las ocho. Ya el servicio de noche de la Policía Nacional estuvo a partir de las 10 haciendo las primeras investigaciones en esa zona, estudiando el ambiente, la situación social del entorno y, a primera hora de la mañana, se inicia una batida", explica el responsable de Seguridad Ciudadana.

La policía determina que las batidas se pueden hacer en espiral o en círculos concéntricos, dependiendo de si la zona es poblada o rural. "En este caso, al ser poblada, se hizo en espiral, tomando como punto de partida la zona donde se vio por última vez a Mari Luz", dice el policía.

A medida que se descartaron zonas rastreadas, se amplió la extensión de la búsqueda. En casi dos semanas, las fuerzas de seguridad habían rastreado prácticamente todo el término municipal de Huelva. "A partir de entonces, ampliamos en los contingentes de búsqueda a la Guardia Civil", cuenta el inspector jefe. Su trabajo ya es "más selectivo" y se centra en las poblaciones limítrofes, como Palos de la Frontera, Moguer, Gibraleón, Trigueros, San Juan del Puerto, Aljaraque, Punta Umbría, Cartaya y Lepe. Cualquier lugar donde la policía sospeche de "puntos concretos" en los que el presunto raptor pueda haber acudido a "deshacerse de indicios".

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