"Municipio urge vender Rolls Royce con espíritu dentro"

"Municipio en quiebra urge vender Rolls Royce. Año 91. 90.000 kilómetros. Duerme en garaje. Extras: fuerte simbolismo y espíritu imperioso. Precio de saldo: 34.000 euros. Ideal coleccionistas y amantes fenómenos paranormales. Interesados preguntar por Ángeles".

Si el Ayuntamiento de Marbella hubiese publicitado la subasta del coche más famoso de la Costa del Sol con este anuncio, probablemente habría recibido más de tres ofertas. El pasado jueves se abrieron las plicas para conocer al futuro comprador del Rolls Royce azul metalizado comprado por el ex alcalde Jesús Gil, y que se ha convertido en emblema de un pasado corrupto que el municipio quiere desterrar.

Dos particulares y una empresa han presentado ofertas. Todos lo quieren "por capricho" y niegan tener ningún interés especial por ser el coche de Jesús Gil. Son Juan Rafael Ruiz Rodríguez, un médico de Almería, Manuel Antonio Borrega, de Badajoz y la constructora castellonense Grupo Franco. El día 18 se conocerá al afortunado que sacará de Marbella el vehículo.

El equipo de gobierno de Ángeles Muñoz (PP) ha respirado aliviado porque ninguno de los compradores es de la ciudad. "A mi no me apetecería mucho verlo por aquí", confiesa el portavoz municipal, Félix Romero. Lo venden porque quieren desvincular al Ayuntamiento cuanto antes de todo lo que representa.

"Hemos decidido que el dinero se destine a proyectos sociales", mantiene la alcaldesa. Esta es la tercera vez que el Consistorio trata de vender el coche. La primera fue durante el tiempo que el Ayuntamiento de Marbella estuvo gobernado por una Comisión Gestora. En esta ocasión quedó desierta. En la segunda convocatoria, ya con el gobierno de Ángeles Muñoz, lo ofrecieron a varios coleccionistas, pero nadie quiso llevárselo a casa.

La vida del coche da para una nueva entrega de Harry Potter. De cubrir los desplazamientos de Jesús Gil desde el Club Financiero hasta el Ayuntamiento y otros eventos como bodas civiles, pasó a la desaparición inquietante. En 2006, los concejales de la oposición preguntaban una y otra vez en los plenos donde estaba el coche, y el concejal de Tráfico, Victoriano Rodríguez decía que lo estaban reparando en un taller de Madrid, pero no aportaba más detalle.

En el sumario del caso Malaya se encuentra una explicación racional. Los investigadores lo localizaron en una finca de Robledo de Chavela, propiedad de Ismael Pérez Peña, el empresario que tenía en concesión la grúa municipal. En las conversaciones se advierte cómo el concejal de Tráfico le pide que lo lleve a Marbella porque todo el mundo pregunta por el coche. El empresario comenta que llegó a ver en su finca al concejal del PA Carlos Fernández, hoy en paradero desconocido, y que le pudo hacer fotos. En otra conversación, con la alcaldesa Marisol Yagüe, deciden devolverlo con la máxima discreción. Apareció unos días antes del estallar el caso Malaya en los garajes de la Policía Local.

"Su historia roza la leyenda urbana", remata Félix Romero. Sólo esperan que a la tercera, el coche salga de la ciudad definitivamente.