_
_
_
_
_

El museo presenta las instalaciones de la artista alemana Alice Creischer

Alice Creischer es una narradora de historias tridimensionales. Sus grandes instalaciones, que combinan estructuras de tejido, pinturas, dibujos, objetos y vídeos, se exhiben en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), hasta el 18 de mayo, en la primera muestra individual que se le dedica en España. Tan críptica como su título, ... Para la compensación osmótica de la presión de la riqueza, la exhibición reúne obras llenas de referencias y detalles que se revelan sólo a quien se deja atrapar por el denso universo de la artista.

"Creischer plantea el arte como un acto de denuncia y conocimiento. Sus obras investigan las causas de la opresión, la exclusión y la explotación desde el análisis histórico y el enfoque científico, unidos al humor y la ironía", indicó Bartomeu Marí, comisario de la exposición, que toma su título de la obra Aparato para la compensación osmótica de la presión de la riqueza, que se estrena en esta ocasión. Se trata de una gran instalación que reproduce -ampliado- el interior de una cámara de fotos, con grandes telas cosidas, bordadas y decoradas, dibujos, objetos y textos. "Es una metáfora de la mezcla de impresiones y observaciones, que la artista ha utilizado para entender y exorcizar el impacto que le produjo el contacto con la extrema pobreza, que experimentó durante un viaje a India", explicó Mari. En la obra la tradición satírica de los dadaístas berlineses y la lección del arte político se mezclan con un enfoque analítico y la práctica de las arte decorativas. "Los datos científicos y subjetivos se unen en un conjunto tan apabullante que resulta voluntariamente incomprensible: es la metáfora de la globalización, considerada como un estadio más evolucionado y sofisticado del colonialismo", aseguró el comisario.

La pericia de Creischer en el bordado se materializa también en Los trajes de Brukman, una colección de ropa realizada en colaboración con las trabajadoras de una fábrica argentina cerrada durante la crisis de 2002.

Otra instalación aborda las relaciones entre arte y política con elementos tan dispares como textos de Marx, una reproducción actualizada de una pintura de Courbet y unos muñecos de peluche. Toma prestadas unas palabras de Marx, también, De repente y al mismo tiempo, su obra más conocida, que se estrenó en la última Documenta de Kassel. La pieza, formada por una performance, un vídeo y una escultura, se centra en la crítica al consumismo y al falso sueño occidental.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_