La lista de ZG
Moreno, María del Mar; Navarro, Micaela; Vallejo, Francisco y, ZG, o sea Zarrías, Gaspar... Quizás suene exagerado, pero llegará un día en que los militantes del PSOE en Jaén recitarán de carrerilla la candidatura a las elecciones de 2008 como hacen los hinchas del Bilbao con la mítica delantera que formaron "Venancio, Zarra, Panizo, Gaínza e Iriondo". El PSOE se presenta a las elecciones autonómicas por las ocho provincias andaluzas, pero donde se ponga la lista de Jaén que se quiten todas las demás, incluida la de Cádiz, por mucho que la encabece el mismísimo presidente Chaves, Manuel. No hay color. En Jaén hay más consejeros y consejeras que olivos por hectáreas. Tantos, que ha sido necesario mandar a la consejera Gutiérrez, Concepción, al Congreso de los Diputados por overbooking de cargos institucionales.
Zarrías, Gaspar, como político tendrá sus detractores, que no son pocos, pero como gestor de recursos humanos resulta inigualable. Ha logrado encajar en las tres candidaturas -autonómicas, generales y al Senado- hasta cuatro consejeros del último Ejecutivo de Chaves, a la presidenta del Parlamento autonómico y a un histórico dirigente guerrista con el que tuvo sonoros encontronazos. Y todo ello, sin que se monte un lío por el sitio que ocupa cada uno. Como si no hubiera sido ya meritorio repescar para el socialismo jiennense a Marín, Leocadio, el único que se atrevió a darle un portazo a Chaves cuando formó parte de su Gobierno y con el que recuperaron la alcaldía de Baeza en las pasadas elecciones municipales.
Con las nuevas candidaturas, Zarrías ha cubierto todos los frentes del partido, incluido el futuro, demostrando que se rodea de personas capaces de estar en todos los sitios oportunos y en todos los momentos adecuados. Para las próximas elecciones, de nuevo se acompaña de la dirigente que sonó hace algunos años para suceder a Chaves, Moreno, María del Mar, y de nuevo lleva en la lista a otro que está en las quinielas de futuribles como relevo, Vallejo, Francisco. No ha dado ni una sola puntada sin hilo. Y además no se ha tenido que colocar el primero en la candidatura para que todo el mundo entienda la posición que ocupa cada cual en el escalafón.
Si de Zarrías se dice que manda mucho, la nueva candidatura de Jaén es blanca y en botella, o sea, la leche. Como repitan todos en el próximo Gobierno, además de la ley de paridad habrá que estudiar una ley de territorialidad, en la que se incluyan medidas de discriminación positiva hacia los dirigentes socialistas de otras provincias. Podría ser un gobierno cremallera: un consejero de Jaén y otro de otra provincia; el siguiente de Jaén y el posterior de otra provincia distinta; otro de Jaén... y así hasta el final.
No creo que todo esto sea mérito de Zarrías, más bien diría que es un demérito de los demás. Resulta difícil de entender que por la provincia de Sevilla, donde los socialistas arrasan en todas las elecciones, el único miembro del partido que figuró en el Gobierno se haya escurrido hasta el puesto número seis. ¿Es que no hay dirigentes en Sevilla o es que hay demasiados y están ocupados en las peleas internas? Otro tanto ocurre en otras provincias, donde el que se mueve podrá salir en la foto pero no en la de los carteles electorales. Aunque hay algo indiscutible, que los dirigentes que van en los primeros puestos por Jaén tienen peso político propio y podrían encabezar la lista de cualquier circunscripción. Quitando a los números uno, no se puede decir lo mismo de la mayoría de los candidatos por otras provincias. Zarrías es, como los gases, un político expansivo capaz de ocupar todos los espacios libres. Un peculiar mérito que se explica en el demérito de sus compañeros, que empeñados en quitarle el espacio al otro dejan el suyo vacío.
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