Previsiones a la baja
Es curioso cómo los agentes económicos captan y valoran una determinada coyuntura de formas muy diversas, a veces contradictorias. Si preguntamos a un empresario qué tal van las cosas, echará mano de los últimos datos de producción o de su cuenta de resultados y nos dirá, por ejemplo, que las cosas van estupendamente. Pero es posible que por los mismos días el ambiente de los mercados financieros sea tan negro como el de quien está esperando una catástrofe inminente. Aparte de otros factores (en los momentos actuales los mercados financieros se enfrentan a una crisis que todavía no padecen otros sectores), ello se explica porque los agentes de la llamada economía real valoran la situación en función sobre todo de lo que está ocurriendo en ese momento o acaba de ocurrir, mientras los agentes de la economía financiera descuentan expectativas. En los momentos de cambio cíclico, como los actuales, es cuando se abre una gran brecha entre una y otra posición.
La ciudadanía, sean consumidores o empresarios, descuenta que las cosas van a ir a peor
El Banco de España, en su informe trimestral de coyuntura, nos decía que el crecimiento de la economía española durante el cuarto trimestre había sido del 3,5% en tasa interanual, lo que, de no modificar el INE los datos de los trimestres anteriores, implica un crecimiento respecto al tercer trimestre del 0,8% (3,2% en tasa anualizada). No está mal, si pensamos que EE UU creció en este trimestre un 0,16% (0,6% en tasa anualizada) y que el crecimiento de la zona euro pudo ser del orden de un punto inferior al español. Si nos preguntaran, por tanto, cómo va la economía española, diríamos, a partir de estos datos, que va estupendamente. Sin embargo, en la opinión pública está calando la idea de que las cosas empiezan a ir mal, e incluso en algunos ambientes parece que la economía española se está hundiendo. Y es que lo que ahora cuenta es la percepción de lo que nos espera y no tanto lo que ha sucedido hasta el cuarto trimestre del pasado año. Ateniéndonos al deterioro de los indicadores de confianza o de clima, la ciudadanía, sean consumidores o empresarios, descuenta que las cosas van a ir a peor. ¿Qué podemos decir los analistas de la coyuntura al respecto?
Funcas ha publicado esta semana los resultados del último Panel de Previsiones. La media, o consenso, de las previsiones de todas ellas da un crecimiento medio anual del PIB del 2,7% para este año, con un rango que va del 3% al 2,4%. Dicha media es una décima inferior a la previsión realizada dos meses atrás y seis décimas menos que la de hace seis meses (véanse gráficos adjuntos). Eso quiere decir que la desaceleración que estamos observando desde la primavera última se va acentuando. Por lo demás, esta tendencia va a mantenerse durante todo el año, ya que las previsiones trimestrales apuntan a un 3,1% en el trimestre en curso y a 2,4% en el último. Personalmente añadiría que esta desaceleración se extenderá a 2009. El sector más afectado será el de la construcción, para el que se espera un crecimiento medio anual en 2008 de tan sólo un 0,3%. En este caso no disponemos de cifras trimestrales, pero es fácil darse cuenta de que si empezamos el año en tasas positivas y la media anual es prácticamente cero, al final estaremos en cifras negativas. Es decir, la construcción, más concretamente el sector de la vivienda, está entrando en recesión y esto puede prolongarse varios años. Me da la impresión de que lo primero ya es algo asumido por todos, pero pocos asumen aún lo segundo.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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