El Depor se lucra de la galbana del Betis

Nada nuevo se revela con decir que el Betis debe degustarse a la tremenda. Aunque nunca dejará de sorprender lo mal que gestiona el conjunto verdiblanco la bonanza. El equipo se destensiona en cuanto les parece a sus futbolistas que lo que dirimen con su trabajo no es una cuestión final. Ese repelús a la especulación ha convertido su historia en un vértigo, con altos altísimos y bajos profundísimos. Ayer, los verdiblancos se enfrentaban en su estadio a un Deportivo atormentado. También luchaban por unos puntos que, de obtenerlos, les alejarían de los puestos que llevan a la Segunda División. Pero el Betis salió flojo al césped. Nada nuevo, pero sorprendente.

El Deportivo no busca ya nada más que los partidos no le duelan mucho. Lotina dibuja ahora un conjunto parapetado con cinco defensores. Aunque algunos más tienen órdenes de trabajar contra el oponente más que para sus compañeros. Además, uno de los pocos futbolistas capaces de interpretar algo que no figure en el guión, el mexicano Guardado, le duró apenas una decena de minutos. Pero aprovechó una jugada de estrategia. Nada del otro mundo: pase a la olla y voluntariosa llegada al remate. Centró Coloccini y empujó Pablo Amo. Y el Betis, con la galbana. Los deportivistas, al menos, demostraban tener una meta. Y se la merecían.

La oportunidad del Betis llegó en un barullo nacido de un fallo de Fabri. El Depor encadenó una serie de ataques que le desbarató Ricardo, con penalti parado incluido a un cuarto de hora del final. No le hizo falta. Su honradez mereció imponerse a la actitud del Betis.