Antonio Miró presenta I AM, su nueva línea de ropa informal

Anteayer, en Sancho de Ávila, además de los pertinentes funerales que se celebran en el edificio de pompas tristes de esa calle que le ha dado nombre, un poco más allá, en el número 94, correspondiente un almacén industrial, se preparaba una fiesta. De hecho, no paran de darse allí curiosos eventos desde el día 15 del mes pasado. Se trata de un raro invento, muy al estilo más internacional y cosmopolita, un local que tan sólo estará abierto durante un mes al que se accede unos días por rigurosa invitación y otros sin ella, pero hay que estar debidamente informado. El nombre fugaz del lugar es The Chivas Studio y el jueves pasado se presentaba la nueva línea de ropa casual del diseñador sabadellense Antonio Miró, denominada I AM, en su próxima colección de otoño e invierno.

De hecho, esta marca, cuyos precios son un 30% más baratos que los del resto de las marcas del modista, ya tiene mucha salida en Japón, donde cuenta con tiendas propias, pero anteayer se presentaba en España. A partir de ahora, I AM se venderá en las tiendas Antonio Miró y en las denominadas comercialmente boutiques de multimarca, es decir, establecimientos con ropa de fabricación diversa pero con cierta categoría. En dicha presentación no había multitudes porque era exclusivamente de selecto petit comité. Sólo amigos, fervientes incondicionales, prensa, algún famoso, el propio Miró y su compañera, y un grupo de ejecutivos de media edad, desplazados ex profeso en microbús.

El desfile duró poco más de cinco minutos. Nueve modelos masculinos lucieron sendos atuendos, con prendas superpuestas, de aire deportivo, colores grises, pardos y verde oliva, de algodón lavado, lana, fibras sintéticas, y los llamados materiales técnicos (es decir, nailon y otras mezclas impermeables y artificiales), entre los que destacaban interesantes americanas y levitas deconstruidas y sin hombreras, maxibolsos y maximochilas. No se trataba de un desfile, sino simplemente de "un flash", en palabras del propio Miró. El ambiente era agradable y distendido, y el diseñador estaba tranquilo, accesible, mezclado con su público.

En realidad, el evento servía para evidenciar otras cosas que no estaban a la vista pero se iban cociendo desde hace tiempo. Al día siguiente, Expansión se hacía buen eco de ello. Después de más de un año de incertidumbre, la empresa Cortefiel se echaba para atrás en la opción de compra del 70% del emporio Miró, que a su vez quedaba al descubierto y con innumerables pérdidas. Quizá la impersonal marca Cortefiel no era la más idónea para absorber al exquisito y complejo Miró.

Finalmente, el grupo catalán Twenty, muy ligado al modista dado que ya tenía alguna de sus licencias, se hacía con la tajada por medio de su filial Nuevos Valores Textiles, por un precio simbólico. El 30% restante queda en manos de Miró. Según Gabriel González Martí, director de licencias de la firma que lleva el nombre del creador, la mayoría de los ingresos no proceden tanto de la alta confección como de los royalties de los demás productos Antonio Miró: bolígrafos, joyería, complementos, elementos de baño, pavimentos, lámparas, ropa del hogar... Cortefiel sigue quedándose por contrato la marca Antonio Miró Studio, hasta el año 2014; el resto de la producción textil, Antonio Miró, Ceremonia, I AM, etcétera, pasa a Twenty, que ya tiene la licencia para España de Marithé & Françoise Girbaud.

A partir de ahora, el modista se hará cargo de la promoción de su imagen y de continuar diseñando modelos. Por otra parte, Miró declaró que no piensa ir a Cibeles y que en marzo presenta colección por última vez en Barcelona, sólo para la prensa y sus más allegados, en el taller que tiene en Sant Joan Despí.