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Crítica:Exposiciones
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Respirando contrastes

Ahora es ahora, la muestra que Susy Gómez ha elaborado para la galería mallorquina Horrach Moyà respira contrastes por todos sus poros. Hay en ella aspectos brillantes y otros casi hirientes -todo el contrapunto abstracto-matérico, por ejemplo-. Entre los primeros, encontramos piezas tan destacables como Miro tu estrella y sigo la mía, una suerte de lápida de mármol en el suelo, partida en dos, que es a la vez pila bautismal/vaginal, con un centro húmedo a modo de pequeño cuenco. Se beneficia además de un gran acierto de montaje, al permitir que se pueda contemplar tanto desde la máxima proximidad como desde cierta lejanía, asomándose al balcón situado en el piso superior. Una y otra mirada derivan hacia evocaciones diferentes, y logran que esta sola pieza, restallante de paradojas, justifique por sí misma la visita.

Susy Gómez

Galería Horrach Moyà

Catalunya, 4. Palma de Mallorca

Hasta el 8 de marzo

El alveolo central de la exposición se encuentra en el vídeo titulado Father Mother, que se proyecta en una cámara oscura a modo de espacio chill-out. Es otro de los mayores aciertos de esta muestra. Impregnarse de sus imágenes y de su sonido carga de sentido el deambular posterior por el resto de obras expuestas. Y no vale estarse sólo dos minutos ante la pantalla, el vídeo es largo y hay que dejarse atrapar por él, por esa ceremonia quietista de comunicación y transmisión de energías entre los cuerpos mediante el silencio, las miradas generosas y el tacto, llevados de la mano de una flotante cámara lenta.

Sin embargo, no todo se sostiene con tanta firmeza. Más allá del desparrame antojadizo de vivencias personales recreadas y de apelaciones biográficas (una coartada insidiosa para el todo vale que ha agotado hace ya mucho tiempo su crédito artístico), uno desearía ver una mayor compactación conceptual en este tipo de propuestas. La libertad radical con la que trabaja y expone Susy Gómez implica mostrar obras para las que no va a encontrar miradas cómplices. Frivolidades como los bolsos gigantes a la entrada de la muestra, que además se asfixian en el encajonado espacio de la galería y en su concesión al kitsch y a un surrealismo banal, aportan poca cosa al espectador.

Más seductor es, en cambio, el desfile espectral de vestidos en hierro y aluminio, sin cuerpos que los porten, con el que uno se topa en el piso superior y con el que retornan las sempiternas dualidades de lo grave y lo ligero, lo pesante y lo liviano. Porque de todo hay en esta exposición, gravedad y ligereza, y Susy Gómez se toma incluso el capricho de mostrar piezas cuyo destino parece ser el de no satisfacer el gusto del visitante. Ella puede, los demás entraremos en algunas partes de su juego y nos distanciaremos de otras. Así deber ser, a nadie le subyuga nada en su totalidad, sólo y en todo caso en sus fragmentos. -

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