La Tierra tiene fiebre

Sin estridencias, con sencillez y rigor exquisitos, Esther Voces cuenta con uno de esos blogs que produce gran alegría encontrar y que resulta difícil no frecuentar de vez en cuando. La Tierra Tiene Fiebre, título de la bitácora, no rompe moldes ni pretende hacer otra cosa que no sea informar y crear una red social activa en torno a la ecología.

El diseño (elección de tipografía, uso del color y de las imágenes, plantilla) revela buen gusto y, además, los textos están bien escritos. Queriendo ser modesto, es un blog que debería figurar en muchas barras de favoritos.

"Es una invitación a la reflexión y a la opinión sobre lo que ocurre en nuestro planeta en un intento de remover la conciencia ambiental colectiva", escribía la autora en su presentación en 2006. "Casi nunca podré dejar fuera la política, con ciertos temas no vale no tener opinión", dejaba claro, con un mensaje diáfano: "Siempre digo que la evolución de la civilización humana se puede asemejar al crecimiento de un solo individuo. Ya somos adultos: hemos conseguido adaptar el medio como nunca imaginamos. Hemos dado respuesta a casi todo lo que nos rodea de una forma sobradamente suficiente. Hemos cometido tantos errores y producido tantos 'daños colaterales' que hemos perdido la cuenta".

A inventariar esos daños y a proponer medidas para corregirlos se vuelca su artífice, que ha entendido perfectamente qué es la blogosfera: buena información y ciberactivismo a través de pasos pequeños que derivan en redes cada vez mayores. Una gaviota de Audouin, fotografiada en un atardecer estival en un lugar sagrado para la historia de la lucha ecologista, la playa de