Cultura = dinero + política

"¿Cultura? Es dinero y política, estúpido". La paráfrasis de la famosa "¡es la economía, estúpido!" es la sensación que desprendió ayer la comparecencia del consejero de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat, Joan Manuel Tresserras, en el Parlament. Todos los asuntos suscitados ante la comisión de control acabaron con esos dos conceptos como causa última de sus dificultades.

- Papeles de Salamanca. El caso más flagrante es la devolución del resto de documentación catalana sita en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca y que pertenece a personas, partidos políticos y entidades privadas (1.300 cajas). Con una dureza anómala, Tresserras calificó de "grave error político del Estado" y "grave falta moral porque los afectados son gente que va muriendo".

Hoy hace dos años que el Estado devolvió 500 legajos, correspondientes a las instituciones públicas. Pero desde entonces, no se ha reunido la comisión mixta de expertos que ha de validar la segunda devolución. Tresserras dijo que "siempre se demora por un asunto de elecciones". La Comisión de la Dignidad le reforzó al recordar ayer en un comunicado que "el Estado incumple una ley por puros intereses partidistas y electorales" y pedir que los partidos incluyan esa recuperación en sus programas.

Para presionar la devolución, la Generalitat colgó ayer en su página web la lista de afectados (295, entre los que están la Companía de Jesús y el Liceo), así como un teléfono (93 589 77 88) para consultas.

- Archivo de la Corona de Aragón. Implicadas cuatro autonomías de distinto color político, la traducción cultural es clara: "Estamos en un punto de bloqueo; hay desacuerdo entre los archiveros; aceptamos la creación del patronato, pero no participaremos en sus actividades hasta que esté bien clara la titularidad de los fondos y cuáles son comunes o no". Tresserras tiene claro que "las posiciones políticas se instalan detrás de una puesta en escena profesional".

- Arte de La Franja. "Preferiría el acuerdo político antes que el acuerdo fruto de recurso jurídico civil", dice el consejero, dispuesto hasta a que el flamante Museo de Lleida tenga "más de una sede" y a que las obras "circulen por exposiciones itinerantes". La unidad de la colección, cree, está "razonablemente protegida", pero la legitimidad "no la tenemos del todo ganada". Opina que el obispo Xavier Salinas, administrador de la diócesis de Lleida, actúa "presionado y por obediencia".