Altos cargos en tránsito

La Consejería de Sanidad se enfrenta de puertas afuera a un problema de estética. Parece la Consejería de Juan Palomo, aquel de yo me lo guiso, yo me lo como. Y la razón está en que altos cargos de Sanidad han logrado la plaza deseada en los concursos de traslados convocados por la Agencia Valenciana de Salud.

El último caso ha sido el del gerente del Hospital General de Alicante, José Martínez, que ha logrado fijar su plaza de urólogo en el Centro de Especialidades de Benidorm. Martínez, sin embargo, no era un aspirante como los demás, ya que era el presidente de la comisión de valoración del concurso de traslados para médicos especialistas en cardiología y en oncología. Además, en la comisión evaluadora del concurso de traslados para médicos urólogos, en el que logró la cuarta mejor nota, contaba con la presencia del jefe del servicio de urología del Hospital General de Alicante. El mismo en el que ocupa el puesto de gerente.

Fuentes de la Consejería de de Sanidad defendieron ayer el derecho de Martínez a presentarse a un concurso de traslados, igual que cualquier otro facultativo. "Las comisiones de valoración sólo puntúan de manera objetiva los méritos, no hay ninguna prueba subjetiva", indicaron desde el gabinete del consejero de Sanidad, Manuel Cervera.

En términos similares se expresó Arturo León, de la federación de Sanidad de Comisiones Obreras, sindicato representado en la comisión que valoró los méritos de Martínez y el resto de facultativos que optaban a un traslado de su plaza. "Se trata de personas que ya tienen la plaza consolidada y los méritos están tasados, no se trata de una valoración subjetiva o de un proceso selectivo para conceder una plaza en propiedad", indicó León.

Entonces, ¿dónde radica el problema? Cuanto menos, en la estética, tal y como reconoció hace pocos días el secretario autonómico de Sanidad, Luis Rosado, que ha renunciado a la plaza ganada en un concurso de traslados.

Rosado logró el pasado mes de diciembre ganar también la plaza deseada en el Hospital General de Alicante en la misma tanda de concursos de traslados. Un concurso en el que la comisión de valoración estaba compuesta, al menos en parte, por personas dependientes orgánicamente del propio secretario autonómico de Sanidad.

El secretario autonómico de Sanidad argumentó que había obtenido su traslado de forma ética, aunque renunciaba al mismo para evitar "susceptibilidades". Susceptibilidades que tienen su origen en casos como el de su antecesor Marciano Gómez, que logró consolidar su plaza de facultativo desempeñando el puesto de número dos de la Consejería de Sanidad.

Para Arturo León, de CC OO, la renuncia de Luis Rosado a su traslado "ha sido una decisión de cara a la galería por que no se trata de una oposición". Aunque nadie discute que en los asuntos públicos hay que seguir aquella máxima de ser no sólo honrado, sino de parecerlo.