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El PP anuncia otro Plan Galicia y su apoyo para que el Gaiás sea un "orgullo"

Núñez Feijóo acusa al bipartito de llevar un mes "cerrado por elecciones"

La voz en off del Supermartes lo presentó como "un político de la tierra" y su antecesor en el atril, Alberto Núñez Feijóo, dijo de él que "lleva Galicia en las venas y en el corazón". Pero sobre el escenario del Multiusos do Sar en Santiago, el presidente del PP, Mariano Rajoy, apenas dedicó tres minutos de sus 40 de intervención a la política casera. El candidato del PP recordó que cinco años atrás, él mismo había firmado en A Coruña un plan de infraestructuras con 10.000 millones de euros para la comunidad y se comprometió a regresar al Palacio de María Pita, después de marzo, ya como presidente, para aprobar otro Plan Galicia. Aseguró que un Gobierno presidido por él hará de la Cidade da Cultura "algo de lo que puedan sentirse orgullosos todos los gallegos".

Con un tono paternalista y siempre en castellano, Rajoy prometió ocuparse del sector pesquero, de la agricultura y de las grandes obras pendientes. En ese punto hizo una pausa para anunciar que nombraría ministro de Fomento a alguien que no fuese Magdalena Álvarez, sin desvelar si ese puesto le correspondería en un hipotético gobierno popular a Alberto Núñez Feijóo, responsable del programa de infraestructuras del PP.

Precisamente, el presidente regional había pedido minutos antes a los votantes socialistas y nacionalistas que apoyen a Rajoy para que lleven a La Moncloa por primera vez en la democracia a un presidente gallego. El PP autonómico ha actualizado el Galego coma ti lema de Fraga y Albor en las primeras elecciones autonómicas y promete convertirlo en el mantra para apoyar a Rajoy durante las próximas seis semanas.

El segundo argumento electoral lo esgrimió desde el estrado Feijóo al recordar que Galicia se juega más que España el 9 de marzo. El líder de la oposición en Galicia, presentado por el locutor como un político centrado y exigente, ve en una victoria de Rajoy "el primer paso para acabar con el deterioro institucional de la Xunta". Feijóo acusó al bipartito "de haber cerrado por elecciones y de abandonar a Galicia para pelearse por unos cuantos votos". Como ejemplo citó la última reunión del Gobierno autónomo en la que catorce conselleiros "apenas pudieron aprobar que la Festa da Filloa fuera declarada de interés turístico".

Sus dardos los recibieron ayer PSOE y Bloque a partes iguales. El dirigente popular volvió a acusar a Touriño de ejercer de "reina madre", despreocupado de los problemas diarios de Galicia, y a Quintana de llevar a los mayores en autobuses a "festas rachadas" en lugar de pagar la renta derivada de la ley de dependencia, que sería más caro. Feijóo aludió a la iniciativa aprobada recientemente por el Gobierno de Zapatero como si se tratase de un derecho universal vigente desde hace años.

El dirigente que comanda el PP gallego desde hace casi dos años definió su organización como un partido galleguista, al que nadie le va a dar lecciones, pero abogó por una educación que no propicie que "de los colegios salgan quintanas e ibarretxes, sino alumnos libres". Al igual que Rajoy defendió la enseñanza en inglés y la libertad para que nadie imponga en qué idioma hay que hablar.

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Poco antes de que Rajoy alimentase con su intervención las suspicacias, anunciando que nombraría a un ministro de Fomento que no será Magdalena Álvarez, Feijóo agradeció a su líder que hubiese confiado al PP gallego el apartado de infraestructuras del programa electoral. Recordó que el Gobierno no concluyó "ni un solo kilómetro de AVE electrificado" e invitó a la titular de Fomento a programar mítines para explicar sus logros en Galicia. Con la sintonía de campaña de fondo, el presidente regional brindó a Rajoy "la mayoría absoluta en Galicia el 9 de marzo".

En el inicio del acto, en el que finalmente no intervinieron los cabezas de lista provinciales, el secretario general del PP gallego, Alfonso Rueda, invitó a los 100.000 militantes del partido a trabajar por la victoria de Rajoy, "en las plazas, mercados y calles que Touriño no pisa".

"Estoy en racha como un futbolista"

Estética de plató televisivo, jóvenes con banderitas -muchas más gallegas que españolas- en el tiro de cámara de los operadores que realizan la señal de los medios audiovisuales, y un conocido locutor de TVG recitando la alineación de cargos públicos que una traductora de signos convertía en mímica para las personas con problemas de audición.

El PP recortó ayer el aforo del Multiusos do Sar -un tercio del pabellón apareció vacío tras la cortina negra que delimitaba el escenario- y decenas de asistentes de los 7.000 que acudieron al pabellón compostelano (12.000, según la organización) tuvieron que escuchar de pie los discursos de Rajoy, Feijóo y Alfonso Rueda. Fue este último el que, nada más poner pie en el estrado, recordó a Xosé Cuiña, que "siempre estará en el corazón de Galicia". Con una cerrada ovación del público, concluyó el exiguo homenaje del PP al ex conselleiro de Obras Públicas, en el primer acto político tras su muerte. Ni Rajoy ni Feijóo mencionaron ayer al que fuera delfín de Fraga.

Del programa inicial de intervenciones se cayeron a última hora y por razones de tiempo, los candidatos provinciales, Antonio Erias, Joaquín García Díez, Ana Pastor (la más aplaudida por el público) y Celso Delgado, a los que Feijóo hizo subir al escenario en una despedida a la americana en la que volaron guirnaldas y balones de plástico. Poco después de que Rajoy se presentase como un político "en racha" o como"un futbolista necesitado de centros para marcar el gol", el presidente del PP lo quiso demostrar golpeando una pelota perdida que impactó en la cabeza de un fotógrafo, para sorpresa de Ana Pastor. El presidente del PP insistió en disculparse varias veces con el reportero gráfico.

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