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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Norman Morrice, coreógrafo del Royal Ballet

Discípulo de Graham, renovó la danza en Reino Unido

76 años en su casa de Notting Hill. Había nacido el 10 de septiembre de 1931 en Agua Dulce (Veracruz, México), hijo de padres escoceses. Su padre, ingeniero, trabajaba en ese país latinoamericano, pero muy pronto la familia volvió al Reino Unido. Había visto su primer ballet de niño cuando su abuela lo llevó a ver El lago de los cisnes en una gira nacional del Royal Ballet.

Comenzó sus estudios de danza en Mansfield, para pasar luego a la Rambert School, desde donde salió para formar parte del Ballet Rambert a los 21 años. Llegó enseguida a primer bailarín; y ya en 1966 al puesto de asistente de dirección. Entre 1970 y 1974 dirigió la compañía. Como bailarín destacó en el papel masculino de Jardin aux lilas de Antony Tudor. Se le consideraba un bailarín virtuoso a la vez que expresivo. Uno de sus grandes papeles clásicos fue en La Sylphide de Bournonville.

Su estancia en Norteamérica entre 1961 y 1962 gracias a una beca de la Fundación Ford, fue decisiva para la evolución de su estilo, al estudiar la técnica de Martha Graham, lo que influyó en la deriva del Rambert Ballet hacia una plantilla reducida y un repertorio actual, para lo que trabajó arduamente junto al norteamericano Glen Tetley.

Su primera coreografía fue Two brothers (música del húngaro Ernö Von Dohnányi) en 1958, con la que tuvo un primer gran reconocimiento; era un drama trágico entre dos hermanos que acababa en asesinato donde la réplica se la daba John Chesworth. Marie Rambert, sensible ante el talento, protegió y aupó a Morrice desde el principio y él convenció años después a la fundadora para que creara un grupo paralelo de experimentación contemporánea.

Le siguieron Hazaña (1959); A place in the desert (1961), con la música del catalán afincado en América Carlos Surinach, que ya en 1960 había estrenado en Nueva York bajo el título de David and Bathsheba); Conflicts, (1962 ), con partitura de Bloch; The travellers (1963); Hazard (1967); 1-2-3, 1968 (con música de Leonard Lopes Salzedo, a la sazón director musical del Rambert Ballet y con el que también realizó en 1970 The empty suite); Them and us (1968) (música del rumano Iannis Xenakis) y That is the show (con la composición sinfónica de Luciano Berio), piezas que acreditaban su interés por la música contemporánea y su empeño en relacionarla con el ballet moderno.

En 1965 hizo su primea coreografía para el Royal Ballet, The tribute, que no triunfó y apenas permaneció en el repertorio: se la valoró como demasiado rupturista. Ya entonces rechazó de manos de Frederick Ashton un puesto de director asociado. Prefería la libertad creativa, lo que le llevó a trabajar en Israel con la compañía Batsheva, invitado por la directora Jane Dudley.

En el Ballet Rambert creó un taller coreográfico para jóvenes talentos, lo que le sirvió de experiencia para dirigir la segunda edición en 1976 del histórico curso de verano de la Fundación Gulbenkian, de Lisboa, base para el desarrollo de la danza actual en Portugal. En 1977 dirigió fugazmente el Royal Ballet de Londres donde dejó su impronta en los montajes de Giselle y El lago de los cisnes y supervisó la revisión de Ninette de Valois de La bella durmiente. De aquellos años datan sus contactos con Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev. Junto a los críticos Clement Crisp y Mary Clarke editó en 1975 el didáctico y divulgativo Making a ballet y en 1974 recibió el premio especial de la Coronación de Isabel II.

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