Gallardón: "Hay que hacer caso a nuestros maestros"
El alcalde y Aguirre coinciden por segunda vez tras la reunión de Génova
Él llegó tras ella. Se acercó y, protocolariamente, sin que hubiera más remedio, la saludó. Sin emoción. Fríos los dos. Para qué seguir fingiendo con esta historia de despiadado desamor. Así se produjo el segundo encuentro entre Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre tras el desenlace de la sangrienta batalla, el pasado martes, que dinamitó las aspiraciones nacionales del alcalde de Madrid. Fue en la inauguración del IV Congreso Internacional sobre las Víctimas del Terrorismo, presidido por los príncipes de Asturias.
Ambos hablaron del terrorismo y de las víctimas. Gallardón pidió unidad: "No puede haber distancias ni personales ni políticas cuando se trata de rendir homenaje a las víctimas del terrorismo". Aguirre optó por ensalzar los valores del compromiso: "No vamos a traicionar a quienes pagaron con su vida el precio de nuestra libertad".
"No puede haber distancias políticas para homenajear a las víctimas"
Luego, ambos despidieron a los príncipes, saludaron a la concurrencia, que con tímidos gritos coreaba a partes iguales sus nombres, y se fueron sin despedirse.
Gallardón tenía un buen plan. Quizá por eso, y porque ya queda un poco más lejos la fatídica noche de la calle de Génova, ayer se le vio un poco más animado. En el Palacio Municipal de Congresos del Ifema le esperaba el cocinero Ferran Adrià para enseñarle lo último en recetas y experimentos gastronómicos. Le aguardaba a él y a unos 600 asistentes a la inauguración del salón de cocina de vanguardia Madrid Fusión.
Y así, encantado con las galletas de parmesano al microondas, aplaudiendo la elaboración de los fondant de frambuesa o admirando los encapsulados de aceites naturales, pasó el resto de la mañana.
Luego, tras ser presentado como "excelentísimo y queridísimo alcalde", se subió al estrado para dar su discurso de inauguración. Y por si acaso no todo el mundo estaba allí por las galletas de parmesano al microondas, soltó, de nuevo, otra misteriosa frase con posibles dobles lecturas: "Bastantes problemas hay ya en la vida como para que haya polémicas en la cocina. Debemos mirar a nuestros maestros, admirarles y hacer lo que nos dicen". Tras las risas, muchos se acordaron del que, allá en el 66, se dio un baño en Palomares.
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