Sarkozy promete crear 45.000 empleos en los barrios pobres
El plan, menos ambicioso de lo previsto, se centra en el paro juvenil
El Gobierno francés pretende crear 45.000 puestos de trabajo en los próximos tres años para reducir el desempleo en un centenar de las más de 300 barriadas más desfavorecidas de las grandes ciudades de Francia que formaron parte del mapa de la revuelta del otoño de 2005 y donde el paro entre los jóvenes alcanza hasta el 45%.
Las líneas generales de este plan, bautizado como Esperanza barriada, fueron avanzadas ayer por la secretaria de Estado de Política de la Ciudad, Fadela Amara, en la localidad de Vaux-en-Velin, en la periferia de Lyon. El objetivo es reducir en un 40% el paro juvenil en estas zonas.
Las dos responsables del Ministerio de Vivienda, enfrentadas por las medidas
Pero la presentación oficial del plan, con las medidas concretas, se la reserva el presidente, Nicolas Sarkozy, para el 8 de febrero. Como anticipo, y por primera vez desde que ganó las elecciones el pasado mes de mayo, Sarkozy visitó por sorpresa la noche del lunes la localidad de Sartrouville, una barriada relativamente tranquila del norte de París. Las medidas presentadas ayer, que el presidente había calificado durante la campaña de plan Marshall para las barriadas, han sido revisadas claramente a la baja, provocando incluso un duro enfrentamiento entre las dos mujeres que dirigen el Ministerio de Vivienda: la titular, la muy conservadora Christine Boutin, y Amara, la enérgica fundadora de la asociación Ni Putas Ni Sumisas, que sigue presentándose como una mujer de izquierdas.
Boutin ha pretendido reducir las dimensiones del plan a no más de una serie de medidas concretas. Ayer se adelantó a su secretaria de Estado para propugnar la descentralización, de modo que sean las autoridades locales las que gestionen los fondos que el Estado asigne a este plan "para simplificar los procedimientos y señalar que se ha recobrado la confianza".
En cambio, Amara, que en un primer momento había cifrado sus pretensiones en 1.000 millones de euros, considera que es necesario articular un esfuerzo visible en todos los campos para que en estas zonas olvidadas de la República no se repita una rebelión como la de 2005.
Finalmente, Sarkozy parece haber conseguido convencer a la que fuera uno de sus fichajes de izquierdas más emblemáticos que acepte las rebajas, pero no a Boutin para que se mantenga al margen; un signo de cómo las inminentes elecciones municipales empiezan a hacer mella en la política del Gobierno. El presidente, que tan sólo hace dos semanas había anunciado que se involucraría a fondo en la campaña con el partido gubernamental, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), dio ayer marcha atrás. "No tengo por qué mezclarme en los combates municipales", aseguró en una visita a la localidad de Pau.
En una primera fase, el plan de reducción del paro juvenil se centrará en un centenar de barriadas, las más deprimidas.
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