La luz de Sorolla sobre Ferrol
El Museo Nacional de La Habana exhibe sus fondos en Galicia por primera vez
"Se lo debíamos a Galicia". Joaquín Sorolla, el pintor de la luz y el mar, ha cruzado el Atlántico desde Cuba para exhibir su luminosa plástica en un museo gallego. Sesenta obras de la colección de pintura española del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, entre ellas 17 óleos del artista valenciano, se muestran desde ayer en la sede de la Fundación Caixa Galicia en Ferrol en la primera exposición pictórica que el museo cubano realiza en la comunidad de la mano de la entidad financiera. "Se lo debíamos a los gallegos", señala Regla García, subdirectora del centro cubano, "pese a los lazos que nos unen, no habíamos tenido este intercambio cultural con Galicia. Lo añorábamos".
"Se lo debíamos a los gallegos", afirma la directora del centro cubano
En la capital de Cuba hay obras de gallegos como Sotomayor y Souto
El convenio entre ambas entidades se firmó en La Habana el pasado noviembre, y desde entonces, la empresa de gestión cultural Didarte ha mediado, por vía diplomática, entre la fundación y las autoridades cubanas para traer la exposición Sorolla y sus contemporáneos. "Es la primera de muchas", puntualiza García, que abre las puertas a una nueva autopista cultural transoceánica. La pinacoteca cubana "con más de 48.000 fondos", guarda entre bambalinas "la mejor colección de pintura española de América Latina" amasada en silencio durante décadas con las donaciones de coleccionistas privados e instituciones públicas de la isla.
Como en un camino de ida y vuelta, decenas de lienzos de artistas españoles que los criollos adinerados adquirieron en la primera mitad del siglo XX regresan ahora a los museos peninsulares para mostrar la transición del academicismo a las vanguardias pictóricas que ya se adivinaban en las pinceladas de Sorolla.
"Era una ambición largamente acariciada", asegura el comisario de la muestra, Abelardo Mena, "la oportunidad de reencontrarnos con Galicia es maravillosa". Para Mena no deja de ser irónico que los lienzos cubanos toquen suelo gallego por primera vez en Ferrol, la ría en la que se construyeron casi todos los buques de la flota española derrotados y hundidos en la batalla de Santiago de Cuba en 1898, bajo el mando del almirante Pascual Cervera. "Era una muerte segura y el inicio de la decadencia española", recuerda Mena. "Sin embargo, el gusto por lo español ya estaba instalado en la conciencia estética cubana. Sin la opresión política, afloraron los vínculos artísticos y culturales".
Sorolla (Valencia, 1863; Cercedilla, 1923), a quien los críticos reprobaron en vida por su gran éxito comercial, es "la figura central" de una muestra "luminosa" que navega a pinceladas entre marinas, retratos por encargo y escenas costumbristas en la playa valenciana de la Malvarrosa que perfilan el eco social de una época convulsa.
"Sorolla estaba en contacto con los intelectuales cubanos, anunció su visita a la isla y se le esperó largamente, aunque en el barco sólo viajaba un cuadro suyo" recuerda el comisario. "Los vínculos culturales entre España y Cuba nunca se rompieron, ni con Franco", precisa Mena, "aunque la cultura va pareja al sistema político. Con Aznar fue peor, ahora con Zapatero se están reactivando".
En las salas y almacenes del Museo de La Habana se esconden también algunas obras de pintores gallegos como Arturo Souto o Álvarez de Sotomayor. Otros lienzos del museo podrían regresar pronto a tierras gallegas para una nueva exposición. Con todo, los responsables de Didarte reconocen que organizar una muestra transatlántica no es sencillo y el proceso se atasca entre gestiones diplomáticas, seguros y certificaciones. Además del mar y los naranjos de Sorolla, en las paredes de la fundación -antigua sede del Gobierno Militar de la ciudad-, se muestran también grandes obras de Ignacio Zuloaga, Santiago Rusiñol, Enrique Cubells, Julio Vila Prades o Anglada Camarasa. La muestra permanecerá en Ferrol hasta el 30 de marzo, antes de poner rumbo a Santiago.
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