El juez envía a prisión a Portu y Sarasola por atentar contra la T-4
Los dos etarras ni ratificaron ni negaron la confesión a la policía
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz decidió ayer enviar a prisión a los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola por considerar que son los autores materiales de la colocación de una furgoneta bomba en el aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas, cuya explosión causó la muerte de dos personas -los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate-, lesiones a varias y cuantiosos daños materiales.
Los dos presuntos terroristas se acogieron a su derecho a guardar silencio, sin hacer ningún tipo de alegación, es decir, que ni ratificaron ni negaron la declaración de Sarasola ante la Guardia Civil, en la que de forma muy minuciosa explicó los detalles de la operación. Y ello a pesar de que el juez les ha imputado delitos de terrorismo, asesinato y estragos, con penas superiores a los 80 años de prisión.
En el auto de prisión, el juez Pedraz individualiza la actuación de cada uno de los etarras. Así, relata que el comando Elurra, del que los acusados formaban parte, "acordó la colocación de la furgoneta, a cuyo fin Sarasola fue el que materialmente aparcó la furgoneta en el citado aparcamiento para que luego explosionara y, previamente a esta explosión, Igor Portu fue el que realizó las llamadas a DYA, Gara y al Parque de Bomberos de Madrid para avisar de ello".
Sarasola es la figura que se ve en las cámaras de la Terminal 4 caminando con una gorra, una peluca de color castaño, una máscara, una maleta azul y una muleta, tras dejar aparcada la furgoneta con los explosivos. A Igor Portu se le encontró una nota manuscrita que contenía el número de teléfono del Parque de Bomberos de Madrid. Portu no ha dado una explicación satisfactoria sobre por qué tenía ese teléfono y se ha negado a realizar un cuerpo de escritura con el que cotejar la nota que le fue intervenida.
El fiscal hizo constar hasta 47 preguntas que los etarras se negaron a responder, entre las que figuran si Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y su lugarteniente, Joseba Aranibar, habían ordenado los atentados; si les habían proporcionado la furgoneta Renault Traffic el 29 de noviembre de 2006 en Venta Baztan (Navarra); si un tercer etarra, Mikel San Sebastián, iba de lanzadera en un scooter para avisar de la presencia de posibles controles policiales; o si sabían que había cámaras de vigilancia y se pusieron la peluca, la máscara y la muleta para pasar desapercibidos.
El juez envió a Mattin Sarasola a la prisión de Soto del Real y a Igor Portu a la de Navalcarnero, ambas en la provincia de Madrid, por estimar que los hechos son muy graves, que hay sólidos indicios de criminalidad contra ellos, que podrían tratar de huir y además, podrían tratar de ocultar las pruebas y dificultar la investigación.
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