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Reportaje:

Títulos en alquiler para Bolsas bajistas

La crisis del mercado dispara el préstamo de valores, una operativa que permite hacer dinero cuando las acciones caen

David Fernández

Las Bolsas han arrancado el año a la baja. La caída ha sido generalizada y pocas compañías cotizadas se han salvado de la quema. En este contexto de incertidumbre cobra protagonismo una operativa que permite a los inversores hacer dinero cuando la renta variable enfila la cuesta abajo: el préstamo de títulos.

Existen agencias y sociedades de valores que ofrecen este servicio a sus clientes. El prestamista cederá durante un tiempo sus acciones a cambio de un determinado tipo de interés. Por su parte, el prestatario, que apuesta porque esos títulos caigan en Bolsa, los toma en alquiler para venderlos y recomprarlos después más baratos, apuntándose así las plusvalías (a las que habrá de descontar el cupón fijado y unas comisiones).

En la guerra de OPA de Metrovacesa el escaso capital flotante de la empresa hizo perder mucho dinero a los que habían alquilado títulos
Bancos medianos, constructoras e inmobiliarias son los valores donde más han crecido las apuestas bajistas en los últimos meses

"Los prestamistas suelen ser grandes inversores institucionales o compañías con una vocación de permanencia en el accionariado. Al ceder los títulos de forma temporal les sacan un rendimiento extra", explica Héctor Fernández, operador de RBC Dexia, una de las firmas líderes en el alquiler de acciones. Los costes para el que pide las acciones van a variar sobre todo en función de la liquidez del valor. "Para compañías de gran capitalización el tipo de interés es menor que para empresas menos líquidas. En este último caso se puede llegar a pagar hasta un 4% sobre el efectivo prestado", indica Hernández.

141.606 millones

En 2007 el préstamo de valores alcanzó récords históricos. El saldo vivo de títulos prestados a 30 de noviembre, últimos datos disponibles por Bolsa de Madrid, ascendía a 141.606 millones de euros (en 2003 era de tan sólo 48.000 millones), representados en 8.246 millones de acciones, lo que supone un incremento interanual de efectivo del 62%. El auge de esta operativa se debe a que ofrece muchas posibilidades al inversor. La más clásica es apostar por caídas de las Bolsas, pero también permite coberturas en el mercado de futuros y derivados, estrategias con parejas de valores cuya correlación sea muy alta (por ejemplo, comprar Santander y vender BBVA) o incluso hacer acopios de derechos de voto ante una junta general de accionistas.

La situación de inestabilidad que atraviesan los mercados ha disparado el número de títulos prestados entre las compañías del Ibex 35 (ver cuadro). Donde más han crecido las posiciones bajistas han sido entre aquellas empresas más afectadas por la crisis de crédito como inmobiliarias, constructoras y bancos medianos. Sin embargo, también han crecido sustancialmente el número de títulos prestados en los dos grandes bancos, Telefónica y Repsol. La petrolera es donde las apuestas bajistas pesan más: tiene el 38% de su capital bajo alquiler.

Pese a sus ventajas, la inversión con títulos prestados también tiene riesgos. "El más obvio es que se apueste por una caída del valor y éste suba", indica Alicia Jiménez, jefa de análisis de Self Trade. "Pero también es más complicado acertar porque es una inversión contraria a la intuición: normalmente invertimos pensando en revalorizaciones del activo". Además, esta técnica requiere estar muy encima, "son movimientos a corto plazo", y existe además el problema de que hay un límite temporal para devolver los títulos. Por todo ello, esta experta reconoce que invertir con títulos es más apropiado para personas con cierta experiencia. "El cliente tiene que tener muy claro cómo funciona esta estrategia y asumir todos los riesgos", resume.

Los analistas consultados coinciden que el tirón del préstamo de valores en los últimos meses es un factor que ha contribuido al repunte de la volatilidad en la Bolsa española. Y es que esta operativa, muy utilizada por los hedge funds o fondos de alto riesgo, comporta dos fases: la primera es la venta de las acciones, movimiento que presiona la cotización a la baja; la segunda parte, sin embargo, supone la entrada de dinero para recomprar esos títulos y devolverlos a sus dueños, situación que contribuye a la recuperación del precio del valor.

Un factor a tener muy en cuenta si se quieren evitar sorpresas desagradables con el alquiler de títulos es el free float o capital flotante de una compañía. Esta ratio, que viene a indicar el número de acciones que cotiza libremente en Bolsa, va a indicar al inversor el grado de dificultad que tendrá a la hora de recomprar los títulos.

En la guerra de OPA sobre Metrovacesa se puso de manifiesto la importancia de la liquidez. Muchos inversores habían pedido títulos prestados de la inmobiliaria. Éstos preveían que cuando se conocieran los resultados de las ofertas, los títulos, que habían subido muchísimo por la especulación, caerían hasta niveles más razonables. El problema es que el número de acciones en alquiler llegó a ser igual al free float de la compañía. Cuando los prestatarios dieron las órdenes para recomprar los títulos se dieron cuenta de que no había papel disponible en el mercado lo que, en contra de toda lógica, disparó la cotización de Metrovacesa, ampliando con ellos sustancialmente las pérdidas de quienes habían pedido esos títulos.

Cuando un inversor decide alquilar sus títulos pierde los derechos políticos de los mismos durante el periodo de tiempo en que los valores son objeto de préstamo. Esta situación ha llevado a la CNMV a cuestionarse el impacto de la ingeniería financiera en el buen gobierno de las compañías cotizadas puesto que un propio inversor puede acumular más derechos de voto de los que realmente le corresponden al convocarse una junta general de accionistas. "Debido a las innovaciones financieras, los principios que guardaban los sistemas de votación en los años ochenta ya no pueden ser aplicados en la actualidad. Ahora se puede separar fácilmente la rentabilidad económica que da una acción del voto al que da derecho", sostiene el organismo supervisor en una reciente monografía. En el caso de Altadis, que está a la espera del resultado de su OPA, el porcentaje del capital en préstamo ha crecido en el último año del 25% al 32%.

El salón de operaciones de la Bolsa de Madrid durante la última sesión del año pasado.
El salón de operaciones de la Bolsa de Madrid durante la última sesión del año pasado.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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