El temporal impidió la evacuación aérea de los náufragos, asegura Salvamento

El dispositivo de búsqueda para encontrar los cuerpos de cuatro de los ocho tripulantes del arrastrero Cordero con base en Ribeira, desaparecidos a más de 20 millas al noroeste de la costa coruñesa en la madrugada del martes, continúa abierto mientras en tierra han surgido ya voces críticas con el desarrollo del operativo de rescate y también sobre los niveles de seguridad de los pesqueros.

Desde 1991, el mar se ha cobrado 388 vidas en barcos pesqueros gallegos

El presidente de la Asociación Española de Náuticos Pesqueros, José Manuel Muñiz, apuntaba ayer que "habrá que investigar" para aclarar por qué ninguno de los tres helicópteros que participaron en el dispositivo -el Pesca I, el Pesca II y el Helimer Galicia- trasladó a dos de los supervivientes directamente al hospital Juan Canalejo, evitándoles así una travesía de cinco horas y media en el pesquero Plaia de Esteiro.

El barco "no dispone de los sistemas de emergencias ni su tripulación de los conocimientos necesarios" para reanimar a una víctima de hipotermia, argumenta Muñiz. De hecho, el armador del Cordero explicaba el martes que habían tardado "más de dos horas" en conseguir que uno de los tripulantes entrara en calor y se mostró indignado con "los fallos de Salvamento Marítimo".

Fuentes de este servicio manifestaron que fueron las fuertes rachas de viento, que alcanzaron los 100 kilómetros por hora y las olas de 6 metros de altura las que impidieron el trasbordo a los helicópteros que, en contra de algunas versiones, "no sufrieron ningún tipo de deficiencia que impidiera el rescate". Sin embargo, Xaquín Maceiras, de Salvamento de Fisterra, reconocíó ayer "una pequeña avería en uno de los helicópteros en el momento del relevo".

Sobre la posibilidad apuntada por Muñiz de que alguno de ellos se quedara sin combustible y tuviera que regresar a tierra, responden que "todos los helicópteros tienen la obligación de salir ccon los depósitos llenos". Salvamento asegura que "no quedó ningún medio en tierra, todos estuvieron en el punto de operación: dos embarcaciones de Salvamento, dos remolcadores y siete pesqueros a los que se unió el Don Inda".

Xabier Aboi, del sindicato CIG-Mar, acusó al secretario de Transportes del Ministerio de Fomento, Fernando Palao, de "dar datos falsos" sobre el desarrollo del rescate. "No es la primera vez, algo está pasando y convenía que se aclarase", recalcó, tras afirmar que "desde 1991 son 388 muertos los que deja la actividad pesquera gallega y "el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, en el informe de 2006, dice que se entera de los accidentes en el mar por la prensa. ¿Dónde están las inspecciones de Trabajo?, ¿a qué se dedica la Capitanía Marítima?"

La CIG exige a la Fiscalía que investigue el siniestro y se den a concocer las causas. Aboi afirma además que la torre de control coruñesa emitió la señal de alarma "45 minutos después de la alerta y no a los seis minutos, como asegura Fomento". El líder sindical lamentó también que la alerta naranja por temporal no sea aplicable en el mar y sólo afecte a la actividad en tierra debido "a un decreto emitido en la época de Álvarez Cascos, del año 1999, que dice que la responsabilidad es de la empresa armadora".

Lo que nadie se explica aún es cómo un barco de las características del Cordero, "moderno y muy competitivo", según el patrón mayor de la Cofradía de A Coruña, Manuel Cao, pudo hundirse tan rápido. "Fue algo inmediato", señalaron fuentes de Salvamento Marítimo. El mismo contramaestre del arrastrero, José Manuel Parada, declaró tras ser rescatado: "No nos dio tiempo ni de zafar las balsas", que saltarían por sí solas al hundirse el barco. Técnicos del operativo afirmaron que "la suerte" jugó a favor de los tres supervivientes, ya que permanecer dos horas en el agua a 10 grados de temperatura supera los pronósticos más optimistas.