Carpetazo al folletín Maniche

El 11 de diciembre, Nuno Ricardo Oliveira Ribeiro, Maniche, se borró del partido de la Copa en Motril contra el Granada 74. El centrocampista portugués, de 30 años, adujo molestias en una rodilla. Los médicos resolvieron que sólo estaba ligeramente inflamada. Podía jugar. En realidad, lo que pretendía Maniche, hasta entonces el jugador más utilizado por Javier Aguirre, era el mismo trato de favor que el concedido a Maxi y Agüero: un partido de descanso. Se salió con la suya y se quedó en Madrid, pero, a la vuelta, dinamitó su futuro rojiblanco.

El entrenador exigió la marcha de Maniche tras la gresca que protagonizaron ante la plantilla. Más allá de los insultos, Maniche mordió a Aguirre donde más le duele: los títulos. "¿Y tú qué has ganado?", apuntó el luso, vencedor de una Champions, una Copa de la UEFA y varias Ligas con el Oporto. Golpeado en su línea de flotación, Aguirre no podía presumir del subcampeonato en la Copa América de 2001 o del logrado en la Copa con Osasuna. "Fue la guinda del pastel. El jugador cuestionó su autoridad. Evidenció que no comulgaba con nuestros requisitos. Se ha hecho un gran desembolso económico [más de 80 millones de euros] y, si queremos meternos en la Champions, la plantilla debe estar implicada al 110%, no al 90%. No podemos permitir caprichos. Sea quien sea", explican desde la directiva.

Así, el Atlético dio ayer carpetazo oficial al folletín Maniche. Lo hizo dos días después de que el centrocampista viajara a Milán para ser cedido al Inter. Su salida no se hizo oficial hasta que completó la revisión médica con los neroazurri. El campeón italiano se reserva una opción de compra de tres años que rondaría los seis millones de euros, tres menos de los que la sociedad del Manzanares pagó hace dos al Dinamo de Moscú.

"La única opción que Maniche tenía para seguir en el Atlético era disculparse con el míster delante de sus compañeros. Ha tenido un mes. Pero, claro, eso...", cuentan en el vestuario. "Eso es muy relativo. Jamás ha tenido un problema ni con Mourinho ni con Scolari. Un entrenador debe saber cómo tratar a sus jugadores. Unos tienen más carácter que otros. No hay dos iguales. El Atlético notará su ausencia", dicen en su entorno.

"No se me puede reprochar nada. Yo quería seguir. Me voy con la conciencia tranquila", anticipó Maniche el sábado tras ejercitarse en Majadahonda. A continuación, partió al exilio. "Un exilio en la cumbre porque muy pocos clubes pueden asumir los 2,7 millones que cobra por año. El Inter y cuatro más. Y él lo que necesita es seguir jugando para estar en la Eurocopa. De lo contrario, la campaña siguiente le sería más difícil encontrar un club dispuesto a pagarle ese sueldo", se conviene.

La marcha del medio, que arrastra fama de díscolo y volcánico, refuerza a Aguirre. La directiva le respalda desde que optó por la estabilidad y le renovó el contrato. "Su partida fue una decisión mía que el club apoyó. Fue una diferencia sin más, un desencuentro, pero no fue personal. Le deseo lo mejor", dijo Aguirre antes de poner rumbo a Valladolid.

La gran novedad para la vuelta de los octavos de la Copa es Motta -como Maniche, Seitaridis y Simão, representado por Jorge Mendes-, que apenas ha disputado, por las lesiones, tres partidos.

En el fondo, la salida de Maniche era cuestión de tiempo: en la temporada anterior le pararon por conducir borracho, no se entrenó fuerte y mintió.